FIEBRE DE SÁBADO NOCHE
El Real Zaragoza y La Romareda elevan su temperatura corporal para alcanzar y celebrar la primera victoria en casa del conjunto aragonés. Marcó Mollejo, volvió Azón, ni siquiera calentó Gueye. Brillaron Lluis, Manu Molina y Giuliano
🐾 Javi Hernández (@SepiaHdez)
Alfonso Reyes (@Futbolgrafo)
La vida puede vivirse porque los peores augurios casi nunca se cumplen y, a veces, no duran ni dos semanas. Quince días y un par de triunfos después de quedar declarado el enésimo -y cada vez más madrugador- estado de depresión, el Real Zaragoza se abraza con La Romareda para celebrar su primera victoria en casa de la temporada, ante un Sporting mermado y algo decepcionante. Mollejo, VAR mediante, aprovechó una muy buena asistencia de Bermejo para superar a Mariño, gritar el único gol del encuentro y subir la temperatura colectiva en esta febril noche de sábado. Había que ganar un partido después de cuatro jornadas: se hizo. No podía demorarse más una alegría como local: aquí está. Convenía que no fuera Simeone el único en facturar ante el arco rival: ya le acompaña otro. A golpe de triunfo y de tachar tareas pendientes, este equipo se acerca a su mejor versión. Queridos escépticos, suban al barco antes de que zarpe rumbo al norte.
Algo se relaja en nuestro interior cuando comprobamos que el Juego del Sepia ha cumplido su objetivo último y ha acertado diez de los once titulares. Llamémosle superstición o ciencia por bautizar, como cada uno prefiera, pero conseguirlo es la primera huella hacia el triunfo final. Carcedo amagó novedades en la rueda de prensa previa al choque, para ajustarse a la lógica y repetir la alineación que ya ganó en Ponferrada la pasada jornada. Que quedó satisfecho de ese equipo ya se vio en su demora al introducir los cambios entonces. Ayer estuvo a punto de reincidir y comprometer el triunfo final por ello. No ocurrió ni una cosa ni otra y el zaragocismo amanece este domingo con tres cuartos de sonrisa: el sexto está a solo dos puntos. Digámoslo bajito todavía.
Abelardo apostó por Zarfino en lugar de Cristo, para robustecer la zona central del Sporting, y sorprendió con el experto Aitor por banda izquierda, sentando a la sensación del guaje Queipo. Mucho tuvo que ver, con total seguridad, la bisoñez de Diego Sánchez: el jovencísimo sustituto de Cote -cuatro asistencias en las cuatro primeras jornadas- en el lateral zurdo. Ahí el conjunto asturiano perdió media dimensión y pronto se vio que ese sector era la rendija por la que había que encontrar la victoria: Molina, Bermejo, Gámez, Simeone y Vada se reunían con frecuencia en esa esquina para proponer paredes, diseñar triangulaciones y ensayar rupturas al espacio, que obligaban al cacique Izquierdoz a encender las sirenas y dispersar la zona.
Pese a proponer sólo a Djuka como amenaza ofensiva, la primera intención visitante fue presionar arriba y poner a prueba la capacidad del Real Zaragoza a la hora de salir jugando. No disponer de una referencia aérea en el ataque -hasta que se comprobó que Mollejo, Simeone y hasta Bermejo no necesitaban de tantos centímetros para ganar esas disputas- hizo que se produjera alguna mínima falta de entendimiento atrás. No fue a más y quedó como una excepción fuera del radar de casi todas las memorias.
Fuentes le ganaba los primeros duelo a Otero, Lluis le cogía las medidas del traje a Djurdjevic y Molina parecía ganar betún y perder barro en sus botas. Un zapatazo suyo, desde el balcón derecho del área, astilló el larguero de Mariño e hizo temblar los cimientos del rival. A partir de ese momento, el Sporting dio paso y medio atrás, cedió la iniciativa y comenzó a despejar una duda que se había agrandado en el ambiente durante la semana: este Zaragoza también sabe construir y llegar al área rival a través de la posesión.
Será capaz si Molina juega al nivel que lo hizo anoche: a un toque, clarividente, con la solución a cualquier problema y siendo el mejor amigo de cada compañero. Vada hizo un amago de subir con él arriba del escenario en el cuarto de hora final de la primera parte y ahí el Real Zaragoza se convirtió en un enigma permanente para sus rivales. Gámez y Bermejo exigían a Mariño, mientras Simeone era el demonio de siempre para una defensa rival, que llegó a chocar entre ella por el probable pico de estrés que provoca el argentino. Giuliano, a quien Izquierdoz tocó la cara con su bota dos metros sobre el suelo en el último minuto de descanso y ante una nueva inhibición de un árbitro siempre pésimo, tiene la portería en el centro de cada pupila y cuenta con una virtud tan diferencial como poco comentada: su primer control siempre conspira a favor del peligro y de la ventaja que pueda llevar el ataque. Quizá quede por afinar el segundo toque, pero la exactitud del primero es de delantero grande -en unos años- de verdad.
Hay que tener temple para no citar a De la Fuente Ramos hasta la recta final de la crónica. Algún visionario lo llamó el Mozart del arbitraje español y sólo se explica si el genio austriaco hubiese sido un malísimo colegiado fuera de la música… De la Fuente sólo interpreta el Requiem cada vez que se cruza con el Real Zaragoza y cerca estuvo de dedicarle el tema a Fuentes. Insúa lo cruzó de manera temeraria y la amarilla pareció un castigo escaso, en directo y viendo la repetición. El VAR debió llamarle a revisar, pero a Mozart nunca le gustaron los bises. Jair casi marca de cabeza a la salida de esa falta lateral y Mariño se echó al suelo, reclamando las asistencias, para intentar que la tormenta amainara. Llegamos al descanso, con Lluis desesperando y secando a Djuka.
Gámez quiso sorprender a Mariño desde el centro del campo y, apenas unos minutos más tarde, el Real Zaragoza lo logró en una muy buena jugada colectiva: Simeone descarga con el pecho, Bermejo busca en profundidad a Mollejo al primer toque y éste controla, conduce y supera al porterio rival. Gol… Fuera de juego. El asistente levanta el banderín y pronto una repetición lo desautoriza. El pie -y el karma- de un Insúa que debería estar expulsado habilitó a Mollejo. El VAR se regaló algún minuto de gloria, porque se veía en la primera toma de un monitor que colgaba del techo a cinco metros del que escribe, pero dio el gol y el equipo y su afición lo celebraron en diferido.
Mollejo tuvo el segundo con la zurda apenas unos minutos después, en una contra muy bien lanzada por Gámez y no tan bien gestionada por Vada: Simeone parecía mejor opción por el otro carril. Djuka tuvo sólo una, tras error de Jair, pero la cruzó demasiado ante Cristian. Abelardo agitó antes su banquillo, como le correspondía, pero tomó una decisión impropia de quien va por detrás en el marcador: retirar a su mejor jugador, a su hombre gol. Djurdjevic y Aitor fuera, para dar entrada a un transparente Milovanovic y a un burbujeante Queipo. Al rato, Bamba sustituyó a Insúa, que había golpeado con el brazo la cara de Simeone y se había salvado de una segunda amarilla -de una segunda expulsión-. Cristo sentó a Zarfino, para pasar a un 442. El Sporting, con cuatro jugadores de refresco y ninguno todavía en los locales, pasó a vivir en campo rival con la paradoja de que Djuka ya no estaba sobre el campo.
Carcedo renovó la línea de guardaespaldas de Simeone a falta de un cuarto de hora. Larra, Francho y Puche entraron por Bermejo, Vada y Mollejo. El equipo recuperó aire y las fuerzas volvieron a equilibrarse. Azón tuvo sus diez minutos finales, en lugar de Giuliano y antes de un Gueye que ni siquiera calentó. El canterano se hizo sentir, aunque su luna llena habrá que esperarla en un par de partidos todavía. Y Petrovic -por Manu Molina justo antes del 90- dio una exhibición sobre cómo ayudar a tu equipo a cerrar con llave un marcador favorable. También firmó un muy buen añadido Puche, pese a entrar algo tímido en el choque. Ocho inexplicables minutos extra después concluyó el encuentro, se celebró la primera victoria en casa -segunda consecutiva-, se perdió de vista a Mozart y se desató el sábado noche con su festiva fiebre.
REAL ZARAGOZA: Cristian Álvarez; Gámez, Lluís López, Jair, Fuentes; Grau, Molina (Petrovic, 89); Bermejo (Puche, 76), Vada (Larrazabal, 76), Mollejo (Francho, 76); y Simeone (Azón, 82).
SPORTING: Mariño; Rosas, Izquierdoz, Insua (Bamba, 71), Diego Sánchez; Gragera, Zarfino (Cristo, 71); Otero, Pedro Díaz, Aitor García (Queipo, 65); y Djurdjevic (Milovanovic, 65).
ÁRBITRO: De la Fuente Ramos (Comité Castellano-Leonés). Amonestó a Insua (34), Pedro Díaz (68), Gámez (81), Rosas (95), Cristo (98) y Lluís López (98). Expulsó al segundo técnico zaragocista, Sebastián Corona (90)
GOL: 1-0, min. 50: Mollejo.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la sexta jornada de Liga, disputado en La Romareda. 21.500 espectadores.
Excelente crónica, como acostumbras. Llamativo lo de Gueye, ni calentó ni peloteo como el resto en el descanso.
Muy buena crónica. Manu Molina, en mi opinión, fue el mejor junto a Grau ya que supieron entender lo que requería en cada momento el partido y aceleraron o relantizaron los tiempos del ataque de su equipo. Y lo del Mozart…, esta vez tras victoria lo reitero, cada día tengo más claro que hay alguien en el colectivo arbitral que nos tiene poco cariño.
Hola, José Luis!
Grau estuvo muy bien, como en él es felizmente habitual. A mí me sorprendió más Molina, porque por fin le vi el nivel que se le suponía al llegar. Y Lluis tuvo mucho mérito también
Gracias!!
Gracias, Fernando!!
Sí, llamó la atención. Ojalá pronto se sume al engranaje del equipo
Abrazos
Buenos días🥰! Una vez más, impecable👏🏻. Hasta la mitad del encuentro (difícil decisión, todo el equipo increíble) me decantaba por Gamez. Tras los 98 minutos me quedo con Lluís, a pesar de que una vez más el protagonismo lo quería uno que cuando nos vuelva a tocar (porque se dará) debería volver con GAFAS, no puedo con el señor de los bemoles 🤷🏻♀️
Lluis?? Correcto sólo. Mejor Grau
No sé Luis…
Grau estuvo muy bien, es verdad. Pero si Lluis llega a estarlo, quizá Abelardo sienta a Djurdjevic antes del descanso
Cada uno lo vemos de una manera, es cierto
Abrazos
Gracias, Bego!!
Partidazo de Lluis, estoy contigo
Besos
Si disfrutamos de tus crónicas cuando perdemos, imagínate cuando ganamos… Buen análisis del encuentro y buenas reflexiones. Una duda, ¿lo de Gueye no será que con él en el campo hay que hacer alguna variación táctica y todavía no está asimilada en los entrenos? Igual es el arma secreta de Carcedo para cuando nos pillen el tranquillo…
Buenas, Carlos!
A mí me pasa lo mismo: se disfruta mucho más escribiéndola si se ha ganado
Tiene pinta de ser lo que comentas, sí. Me parece que nos quedan todavia un par de semanas para evolucionar al 442 y ser el Zaragoza que Carcedo tiene en mente. Bienvenidas sean las victorias en el mientras tanto
Abrazos
Buenos días, dos crónicas victoriosas seguidas, el titular saldría fácil para la siguiente… no voy a caer en el tópico que seguro que tienes alguna preparada más imaginativa. Muy buen partido del equipo y por añadir solo un apunte bajo mi punto de vista es que Petrovic no se quisiera ir es el mayor favor que le han hecho a Torrecilla en muchos años… Que difícil es jugar cinco minutos y hacerlo como lo hizo el sábado, y como celebra las victorias, el lider en la sombra. Hasta la siguiente.
Un abrazo.
Buenas, Luis!
Totalmente de acuerdo. Lo destaco fugazmente en la crónica. Quizá tuvo que entrar algún minuto antes, pero su aportación y la de Puche en el añadido fueron claves para sostener el triunfo final
Abrazos