Como estaba escrito, porque no somos tantos y nos conocemos mucho, el fuego apenas llegó a la altura de Lalo Arantegui. Salida más que merecida, por el Frankenstein que nos ha diseñado esta temporada, por otra parte. Nada cambiará nunca en los pisos superiores mientras estemos en manos de quienes estamos. Y se sabe que no tienen ninguna intención de que lo dejemos de estar, ni cuando sea demasiado tarde. Hace ya rato que lo es, me temo. Mientras tanto, encaminan el traspaso de Francho al Real Madrid por tres millones de euros. Pasamos al siguiente nivel: ya no se vende para asegurar la viabilidad una temporada más, sino para generar unos ingresos que permitan fichar en enero y tratar de salvar ésta.