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ADIÓS CON EL CORAZÓN
La despedida de Alberto Zapater, en su partido 422 con el Real Zaragoza -el tercer mayor registro de la historia-, será el epicentro informativo y emocional del cierre -ante el Tenerife- de otra pálida temporada. 400.000€ en juego
✍️ Javi Hernández (@SepiaHdez)
Alfonso Reyes (@Futbolgrafo) y Daniel Marzo (@DMarzoFoto)
No se puede pensar en otra cosa, ni arrancar de otra manera. Sería una vulgaridad anotar que existe una horquilla de ocho posiciones en juego -de la undécima a la decimoctava-, según se dé nuestro último partido y el resto de la jornada, así como una diferencia de casi 400.000 euros -de 660 a 270- de bonificación entre un extremo y otro de la misma. Qué más da lo concreto y lo material, qué más da incluso que acabe por fin otra muy pálida temporada y se vaya a volver a barajar entre la renovada ilusión de todos, cuando se despide a quien no le cabe el corazón en el cuerpo y así, latido a latido, se ha convertido en leyenda del club. Sólo Violeta y Aguado han defendido en más ocasiones la camiseta del primer equipo del Real Zaragoza. Nadie más. Nada menos. ¡Gracias por todo, Alberto!
422 partidos y 12 temporadas después de que Víctor Muñoz lo hiciera debutar en el verano de 2004, 420 encuentros más tarde de ganar su único título con el club -la Supercopa ante el Valencia. El último logrado y se van a cumplir 20 años, por cierto-, termina el viaje de Zapater en el Real Zaragoza. Un viaje de doble etapa, tras ser vendido al Génova en 2009 y regresar del averno del Lokomotiv de Moscú en 2016. Porque Alberto no dijo que iba a volver, lo hizo. Se recuperó y puso a tono de la mano de Ubieto. Siete años más tarde, a punto de cumplir los 38, el club de su vida le comunicó la semana pasada que no entraba en sus planes y no iba a renovarle una temporada. Veremos si Zapater decide o no retirarse, porque ese corazón gigante todavía tiene algún año de fútbol dentro.
Se sabe que la última alineación de la temporada será Zapater y diez más. Y hasta ahí puedo leer, que diría Mayra Gómez Kemp levantando cruelmente rápido la mirada de la tarjeta del Un, dos, tres. Se sabe que Gámez y Jair vuelven a estar disponibles y entrarán en una convocatoria que se dará apenas unas horas antes de que comience el encuentro; mientras que serán baja los lesionados Simeone, Luna y Bermejo, así como el sancionado Jaume Grau, quien vio su décima amarilla de la temporada la pasada jornada. Francés, Mollejo y Molina están apercibidos pero, en caso de ser amonestados, no cumplirían ciclo en la primera jornada de la próxima temporada, tal y como ocurría en el fútbol español antes de 2021. Sólo arrastrará sanción quien sea expulsado.
EL JUEGO DEL SEPIA
Francho, el heredero al que Zapater no quiso cargar con el peso de la herencia, tiene todos los números para ser el acompañante del ídolo que se despide. Con ya más de 100 partidos en sus abrigadas piernas, no tardará en ser él quien porte un brazalete que estrena un diseño repleto de simbolismo. La derrota en Ibiza, la posibilidad de seguir resbalando en la clasificación y la concentración de la atención en la gran despedida de la noche pueden hacer que otras salidas seguras no tengan los minutos en el césped que se suponía. Si Escribá -como ha comentado- vuelve a apostar por un once reconocible, se va a quedar sin cambios para que todos los que no van a continuar puedan decir adiós sobre el césped.
Existe la duda de si Gámez o Larra ocuparán el lateral derecho, pero no hay ninguna de que Vigaray será uno de los cinco cambios disponibles durante el encuentro. El madrileño, azotadísimo por las lesiones de rodilla, no continuará en el club y se merece una última ovación por parte de una Romareda que acabará el choque con las palmas de las manos rojas y los ojos llorosos. Quizá Quinteros pueda asomar en la tercera ventana de cambios y se entendería poco que Ratón se marchase sin ponerse por última vez -siquiera unos minutos- debajo de la portería. Alarcón y Gueye, las dos incorporaciones más fallidas del curso, apuntan a ver todo el encuentro desde el banquillo.
Más allá de las dudas muy razonables que presenta este último Juego del Sepia, alguna incógnita más transcendente -con permiso del homenaje- sobrevolará la noche: ¿Será el último partido de Bebé con el Real Zaragoza? El diferencial extremo portugués ha reconocido que sería feliz quedándose y el club va intentarlo durante el verano. Su integración es absoluta y su disparo, un cañón. Mollejo es más factible, aunque ahí las voluntades de ambas partes parecen menos cocinadas. El sábado comenzará el futuro. Antes, el viernes por la noche, tenemos una cita. Se despide una leyenda. ¡Hasta pronto, Alberto! No cierres al salir. Adiós con el corazón.
