Los agentes del cambio
Algo ha cambiado en el Real Zaragoza. No hay duda. Los refuerzos invernales -pese a que la mejor versión de Sabin está aún por llegar- han aumentado la calidad, la profundidad y la competencia en la plantilla. ¿Hay más razones que expliquen este momento feliz? Sí, claro. La sensible mejoría de varios jugadores –Narváez, Chavarría, Bermejo-, la extraordinaria regularidad de otros –Jair, Francho, Francés, Gámez– y, cómo no, al estelar estado de Azón. A su su entrega y esfuerzo de serie, que nos tiene enamorados desde que apareció, Iván añade ahora goles y una precisión a la hora de finalizar acciones que, hace apenas un par de semanas, parecía impropia de él. No podemos concluir este primer párrafo de reconocimientos sin reparar, por enésima vez, en el decisivo y mágico Cristian Álvarez. Con su parada del penalti -y del peligrosísimo rechace posterior- al poco de comenzar el partido, el argentino consiguió que no cambiara el plan de partido preparado por JIM y, además, terminó dejando la portería a cero: el primer paso para conseguir la victoria. Y qué victoria ésta…