Insistir esta tarde con el 4141, además de seguir orillando de un modo sangrante a Narváez -cuatro goles desde diciembre con esta propuesta, dos de ellos de penalti-, o condenándonos a un desequilibrio, que muchas veces será fatal, cuando se desentiende de las obligaciones de su banda, supondría darle la enésima oportunidad a James -con todas las que acumula el nigeriano, yo me arreglo en las próximas diez vidas-, acelerar hasta la sorpresa el estreno de Vada, apostar de inicio por el necesario liderazgo final de Adrián o recurrir a Sainz y colocar a Bermejo como interior. Quizá esta última sea la variante que más cerca compite con el cambio al 442 y la vuelta del doble lateral, pero todavía cuesta imaginar como titular a un Sainz que no ha logrado trascender en ninguno de los encuentros anteriores.