ÁREA PEQUEÑA, OPORTUNIDAD GRANDE

El Real Zaragoza, todavía muy reducido por las bajas, rondó el triunfo en su exigente visita al quinto clasificado, con una ocasión a quemarropa de Sainz al inicio y otra de Mesa al final. Soriano pudo ser expulsado. Vada marcó

🐾 Javier Hernández Aguirán (@SepiaHdez)

📷 Archivo Alfonso Reyes (@Futbolgrafo)

El Real Zaragoza arrancó y terminó su visita al quinto clasificado rozando el gol en el área pequeña rival. No está mal para un equipo que ya lleva dos semanas sin aspirar a nada, según la corriente de opinión dominante que el periodismo derrama hacia la afición desde el naufragio en Cartagena. Ojalá las próximas editoriales sean coherentes y valoren, al menos, el mérito de rondar el triunfo en casa de un claro aspirante al ascenso. Y de hacerlo con el centro del campo titular todavía fuera de combate. Mucho nos tememos que no será así… Es más que probable que al conjunto aragonés no le dé para pelear el sexto puesto final -debería sumar en torno a 20 de los 24 puntos que quedan-, pero mientras siga defendiendo su escudo con rebeldía y dignidad, aquí no enterraremos nada antes de tiempo.

Cualquier objetivo feliz que no se consiga se habrá dejado escapar en una primera mitad de temporada lastrada por demasiadas equis en la quiniela, pero es imposible no pensar en cuántos puntos se nos han resbalado desde que distintos percances abatieron a nuestros tres jinetes del mediocampo. Quizá cinco y con esos cinco, habríamos dormido a dos de la Ponferradina. Sólo con Francho -ya no digamos con él y Petrovic o Grau– se hubiera podido sostener mejor un más audaz 442, con dos delanteros puros en punta –Giménez y, por fin, Azón-, al que se atrevió JIM de inicio, por primera vez desde que la citada Ponfe visitara La Romareda en noviembre. Hubo un mayor riesgo en la propuesta, conscientes todos de que la salvación está resuelta -más aún tras la sonora derrota en casa del Sanse ante el Alcorcón unas horas antes- y de que la hazaña sólo se alcanzará cabalgando sobre victorias… Pudo merecerse anoche. Se perdió una oportunidad grande entre ambas áreas pequeñas.

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El costumbrista gazapo del Juego del Sepia acudió puntual a su cita y lo hizo por duplicado. Azón sentó a Sabin, pese a que fuimos más que excépticos con esta posibilidad durante la semana; y Vada resistió en el once, aun con el regreso del recuperado Bermejo a la convocatoria. El Real Zaragoza entró al partido como si fuera una tormenta. A los 15 segundos, el esfuerzo mancomunado de Azón y Giménez ya había provocado un saque de esquina. Eugeni lo templó, Azón disputa la segunda acción con el portero y Borja Sainz, con Soriano ya en el suelo, dispara inocentemente raso, en lugar de intentar superarle por arriba. Gálvez Rascón no tardó ni un minuto en insinuar el arbitraje tendencioso que aguardaba y señaló una supuesta falta previa de Iván al portero. El VAR le hubiera llamado a capítulo si Borja marca y su gol es anulado, porque costaba ver una mínima infracción en cualquier repetición.

Lo hizo 70 minutos más tarde, cuando una desbocada carrera de Azón a la espalda del central fue abortada sin anestesia por Soriano. El guardameta local salió a la desesperada y atropelló a Iván en el balcón de su área. Pareció naranja, el colegiado le enseñó la amarilla con menos dudas de las que debería y el VAR le recuperó. Se le instó a ver la acción repetida en el monitor y se sabe que esa llamada suele ser la antesala de un cambio en la decisión. No fue el caso. Gálvez Rascón mantuvo su primera impresión e indultó a un portero que ya se veía en vestuarios. Quizá esa expulsión hubiera permitido un asedio final del conjunto aragonés y seguro que Soriano no hubiera estado para negarle a Nano Mesa en el añadido la gran alegría de su temporada. ¿Fue roja? Si hubiese ocurrido con Cristian, cuesta imaginar al argentino corriendo la misma suerte. Fin del alegato.

El Real Zaragoza resultó difícil de contener para el Tenerife en los primeros minutos de encuentro, sorprendido seguramente por el cambio de dibujo. Había perdido la superioridad numérica en el medio, pero cada robo en campo rival lanzaba ataques que eran dentelladas y solían terminar en apurados córners para la defensa insular. El peligro se mascaba, pese a que Ramis apostó por reunir talento en la mediapunta para llenar el vacío del sancionado Enric Gallego y JIM tuvo que intervenir rápido: ordenando la permuta de Vada por Eugeni, pasando el argentino a banda izquierda y el catalán al doble pivote con Zapater.

Valentín, a quien aquí no se esperaba en el once titular, fue esta vez un santo y no tardó en enamorarnos. Con un pase profundo y preciso desde el circulo central, lanzó la poderosa carrera por derecha de Borja Sainz, quien centró rápido y raso al segundo palo, Azón remató forzado, Soriano rechazó y Vada llegó para -él sí- rematar arriba con el portero en el suelo, adelantar a su equipo e igualar, con su quinto gol del curso, a Azón y a Giménez como pichichis de la plantilla.

Vada no lo celebró y pidió disculpas a su anterior afición. No hay latitud inmune a los poderes de la ley del ex. El conjunto aragonés estaba encontrando un tesoro en la isla y el tiempo avanzaba a su favor. La afición chicharrera no tardaría en incendiar la paciencia con su equipo, que ya llegaba al encuentro con cuatro derrotas en las últimas cinco jornadas, y que ya había concedido seis remates a puerta antes de que Corredera probase por primera vez la portería de Cristian. El tesoro desapareció enseguida.

Andrés Martín, de fútbol revoltoso y estimulante, pifia un intento de volea en el punto de penalti, tras centro de Pomares por izquierda, y su error en el remate sirve para que el balón llegue a un pie que no suele mentir. El británico Shashoua aprovechó la ausencia de Francho, quien hubiera estado patrullando esa zona con toda seguridad, para golpear de primeras y encontrar un empate que su equipo no había comenzado a merecer. Seguimos atrapados en la tela de araña de una temporada que no nos deja despegar, por insistentes que seamos. Cuando la vida se pone así, sólo queda seguir siéndolo.

Y el Real Zaragoza lo hizo. Toda la primera parte resultó un intercambio de golpes impropio del libro de estilo de ambos conjuntos y celebró la desinhibición de un león algo cautivo de sí mismo durante varios pasajes de esta campaña. Ramis dio entrada a su Bermejo por Elady al descanso y JIM no cambió nada. Tampoco lo hizo el sesgo del arbitraje, obstinado en no señalar ninguna infracción sobre los delanteros visitantes y siendo cómplice de que el balón cada vez le durara menos al conjunto aragonés. El Tenerife se fue haciendo dueño del mismo. No empezó entonces, fue una lacerante tónica desde el inicio, pero aumentó su influencia conforme el partido avanzaba y tuvo en la falta no pitada de Aitor Sanz sobre un contraataque de Azón a la portada que resume esta denuncia. El criterio corrector era algo parecido a esto: si no era falta de amarilla, no era falta. Si lo era, se pitaba y no se amonestaba -el pisotón a Chavarría o el golpe con el codo de Shashoua en la cara de Giménez-. Y si era de roja, se mostraba la amarilla… aunque llamase el VAR. No eran sus excesivos bíceps lo que tenía más inflamado este árbitro.

La segunda mitad pareció hija de otro partido. Sin rastro del intercambio de golpes previo al descanso, el Real Zaragoza no conseguía que sus puntas ganaran sus desiguales disputas y se vio obligado a replegarse en campo propio. Sin apuro alguno, todo sea dicho. El dominio del Tenerife era apenas territorial, pero su Bermejo apenas mejoró a un invisible Elady. A la hora de partido, Vada pidió el cambió por una aparente sobrecarga en el aductor. Y ahí se activó una doble modificación con aroma a programado: regresó el Bermejo nuestro -tras dos partidos fuera por un golpe en la espalda, mientras que Sabin sustituía a un desesperado Álvaro. El dibujo no se tocaba, pero Borja pasaba a la izquierda.

El segundo acto seguía navegando en la nada, cuando Ramis dio entrada a Moore y al aragonés Jamelli y ahí el Real Zaragoza se activó de nuevo. Eugeni conecta con Sabin, quien controló con el pecho y definió con la rapidez que la jugada exigía, pero sin cruzar el disparo. Eugeni buscó la escuadra en la falta ya tan comentada de Soriano sobre Azón y Lluis López le sustituyó justo para hacer pareja con Zapater en el cuarto de hora final. El capitán volvió a completar otro encuentro y su esfuerzo está siendo clave para sofocar tanta ausencia por delante de la defensa. Lluis no entró sólo. También lo hizo Mesa, por un exhausto Azón, para formar una doble punta final con Sabin.

Sin llegar a la efervescencia del inicio del encuentro, el conjunto aragonés recuperó sensaciones en el tramo final y dio la impresión de poder llevarse el triunfo. Sabin pareció estropear una contra muy peligrosa pero, en realidad, la desactivó que quien entraba por banda izquierda –Borja Sainz- no era zurdo y prefirió no forzar el remate con su pierna menos hábil. Puche tampoco lo es, pero recién entrado quizá hubiera podido maniobrar mejor… Estaba en Utebo, empatando a uno con el Deportivo Aragón. Nieto sustituyó a Sainz en los minutos finales y sorprendió que se situara por delante de Chavarría. JIM prefirió que éste siguiese defendiendo al escurridizo Moore. ¡Cuánto cambia la vida en un año! Gámez jugó un partido más que completo y lo abrochó encontrando el desmarque hacia la banda de Sabin para enroscar un centro de primeras al área pequeña. Nano Mesa, en lugar de doblar el cuello y rematar de cabeza, prefirió emular sus tardes juveniles de playa y fútbol en Puerto de la Cruz y le puso el pecho a la pelota. El recurso tuvo sentido, dada la altura a la que venía el balón y la mínima distancia con la porteria y con un Soriano que no debía estar allí ya… Pero sí estaba. Rechazó a córner sin saber bien cómo y el Real Zaragoza firmó su decimoséptimo empate en 34 jornadas, para obligarse a ganar un mínimo de seis de los ocho partidos que restan. Vayamos por el primero. Un equipo que, aún azotado por las bajas, ronda el triunfo en casa del quinto obliga a seguir creyendo en él hasta el final.

TENERIFE. Soriano; Mellot, Sergio González, José León, Pomares (Moore, min 69); Aitor Sanz, Corredera (Larrea, min 82); Shashoua (Jamelli, min 69), Elady, Andrés Martín (Mollejo, min 76); Mario.

REAL ZARAGOZA. Cristian; Gámez, Francés, Jair, Chavarría; Zapater, Eugeni, Vada (Sabin Merino, min 62); Borja Sainz (Carlos Nieto, min 87), Giménez (Bermejo, min 62), Iván Azón.

ÁRBITRO: David Gálvez Rascón. Comité territorial madrileño. Amonestó a Bermejo (min 67), Soriano (min 73).

GOLES: 0-1, min 15: Vada. 1-1, min 22: Shashoua.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la trigésimo cuarta jornada de Liga, disputado en el Heliodoro Rodríguez López.

1 comentario en “Jornada 34. TENERIFE 1- RZARAGOZA 1. Área pequeña, oportunidad grande”

  1. Manuel Esteban López Lapuente

    Buena crónica, Javi, se te nota «encendido» con el árbitro de postureo (por sus pintas en fotografías e imágenes que he podido ver del susodicho después del partido).

    No pude ver el partido por lo que mi opinión se limita a lo escuchado durante el mismo en varias emisoras de radio y los resúmenes posteriores en YouTube. (Antes de entrar he visto que Adrián retransmitió por @OizLive el partido completo que intenté seguir cuando me llegó el aviso al móvil, pero mi cobertura ayer no era suficiente para poder seguirlo).

    Por las emisoras se percibía qué comentaristas (narradores, colaboradores e invitados) formaban parte de los enterradores de la temporada o de los irreductibles en su fe zaragocista, sin citar nombres (bien por no estar seguro, o bien por no reconocerlos, por el continuo carraspeo de la señal que me llegaba al móvil por la deficitaria cobertura). Pero eso sí, todos que escuché coincidieron en lo de que la falta de Soriano a Azón era de tarjeta roja, y cuando el VAR invitó a revisar la jugada al «peloseto» (dicho sea no como ofensa sino como indicación de que un lacio y juguetón flequillo no le impedía la correcta visión de la jugada (al menos en la pantalla con la cámara lenta, las posiciones de los jugadores (defensa tinerfeña incluida) que el VAR le proporcionó para otorgarle la posibilidad de rectificar su decisión (comentario unánime entre los que escuché (sin lo de «peloseto» y mi explicación)) ratificó su decisión: mantuvo la amarilla y se guardó la roja para jugadores con camiseta visitante si se terciaba (dado el criterio seguido en «jugadas dudosas», dependiendo de qué equipo era el jugador que las cometía, como bien indicas en tu crónica, Javi, y señalaban a lo largo del partido algunos comentaristas que escuché, y otros buscando más la «corrección política » (como JIM) en la rueda de prensa posterior al encuentro) recurrían bien a la ironía, bien a restarle importancia a las decisiones «desconcertantes» (por aquello de sin orden ni concierto).

    Casi tengo que dar gracias por no haber podido ver el partido por tv y así no sufrir un ataque de gota por el cabreo, ese que no ha llegado al ver las imágenes con «todo el pescado vendido» y tomar otra ración de ajo y agua.

    El tercer tiempo

    Con un par más de titulares (bien recuperados físicamente) para próximos encuentros, contar con Puche (libre de «compromisos fuertes» con el Aragón) antes que Nano para revulsivo (si no titular por BANDA IZQUIERDA), mantener a Giménez y Azón en la doble punta, con un rombo con Petrovic en el vértice defensivo (salvo opción que le mejore), Francho y Puche (en la parte ancha del rombo, con ida y vuelta) y Eugeni en el vértice ofensivo, con mucha movilidad en la ofensiva y disciplina en el repliegue y en la presión. En lo ofensivo la posición de Giménez se acerca más al área que dedicarlo a bajar balones o retenerlos esperando incorporaciones o buscando una falta, a 40-50 metros de la portería rival, y Azón hace de Azón, que no es poco, y es para lo que el equipo le necesita (sólo falta que su «Ángel de la Guarda» le susurre a algunos colegiados «pita la falta» como parece que no es necesario con otros jugadores con desmayos de fuerte ferropenia).

    Mira que necesitamos bien poco para afianzar la fe en que hay mejor equipo del que parece (lo de plantilla ya no tanto) si nos respetan las lesiones y las sanciones, y no nos lastra cuando es necesario recurrir, por bajas o por necesidades técnico-tácticas, a utilizar en la alineación a 4 o más FUTBOLISTAS con dorsales del 26 en adelante la cobardía económica del Consejo que hace incumplir promesas a sus «encargados» porque están más «a rolex» que «a setas», o cubren seguros por no ascender o decaen en sus funciones de defender al Real Zaragoza en instancias de la LFP/RFEF y de emprender las acciones legales cuando nos perjudican decisiones en lo deportivo y en lo económico… bastaría con sacar del cesto a las «manzanas podridas» que ya va siendo hora, pero que no nos las cambien por sandías más podridas todavía.

    P.D.: «Canta y no llores» me dijo el otro día un idiota (ver definición). Empiezo a entonar… pero la venta sigue sin cerrarse y las excusas acumulándose. ¿Salimos de la estación de «La ciudad no es para mí» o le hacemos caso al «tonto» (que no es el idiota)?

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