

Un empate deshidratado
El Real Zaragoza, sin gobierno en la medular y alejado de casi cualquier buena sensación, exhibió carencias y apenas pudo puntuar entre sudores

✍️Javier Hernández (@SepiaHdez)
Alfonso Reyes (@Futbolgrafo)
El calor condicionó el partido, si bien no debe deshidratar el análisis; más allá de que la asfixia de cada esfuerzo subrayó la irresponsabilidad de quienes organizan este enajenado fútbol moderno. Hay fechas en las que todavía no se puede iniciar una competición oficial en este país, porque puede hacer una temperatura del demonio por tarde que juegues, como sucedió anoche… Ambos equipos se enfrentaron en la misma sarten y, por momentos, no pocos, el Ibiza pareció disponer de más argumentos, con y sin balón, que el Real Zaragoza. Gol, no. Gol da la impresión de tener incluso menos y ahí se le puede comprometer la permanencia a un equipo que siempre será un poco nuestro mientras Fernando Soriano sea su director deportivo.

La digestión nunca es sencilla cuando se ha perdido tanto líquido y aquí tampoco lo es. De hecho, nos encontramos en una cierta encrucijada interior. ¿Qué análisis hacer del encuentro? ¿Cómo valorar el resultado? A la segunda pregunta, diríamos que positivamente… Lo haríamos torciendo el gesto y lamentando hacerlo, porque valorar así un empate sin goles en casa ante un recién ascendido responde, por omisión, a la primera. El análisis del partido no invita a demasiados elogios, aunque confiamos en que sí lo haga a seguir leyendo esta crónica, que aquí entra en el terreno reservado para los abonados a leonsepia.com

¿Eres abonado a leonsepia.com y no ves la crónica completa?
No olvides estar logueado en la web, con tu usuario y contraseña, para poder leerla.
Espoleado por una Romareda que volvió a latir y que estuvo más que cariñosa con su equipo, el Real Zaragoza arrancó el partido con una viveza que resulto esperanzadora, pero que resultaba insostenible por estar jugando dentro de una tostadora toda la primera mitad. Francho, titular imprevisto por molestias físicas de Zapater y acaso el mejor zaragocista del choque, remató con el exterior desde la frontal una muy buena combinación ofensiva tras un saque de banda a favor. Rubén González lo bajó, en una entrada innecesaria, un segundo después y Bermejo -de nefasta noche- desperdició ese libre directo, estrellándolo contra la barrera.

Hubo algún leve escarceo más, como un disparo sin peligro de Chavarría desde la izquierda, pero muy pronto -antes del primer cuarto de hora- esta puesta en escena comenzó a descomponerse. Carcedo, ayudante de Emery durante muchas temporadas, encargó a su mediapunta -Ekain- la celosa vigilancia de Eguaras en cada salida de balón y la maniobra no pudo resultar más influyente. Nuestro mediocentro comenzó a incomodarse, a salir de posición para evitar la marca, a estar en cualquier sitio sin estar en ninguno y a abandonar su función principal en el colectivo: el liderazgo en la salida de balón.

Esa orfandad se unió, o quizá amplificó -no es sencillo discernirlo con la camiseta todavía pegada alguna hora después-, la falta de pie generalizada que mostraban el resto de sus compañeros y hasta algún error impensado por parte de quien nunca falla… Francés mide mal un salto sin oposición, el balón le supera por alto y Fran Gámez se ve obligado a agarrar a Castel, casi sobre la línea del área, para que el incendio no vaya a mayores… Amarilla, sin objeción posible.

La amonestación, seguramente -además de la asfixiante temperatura-, contuvo las incesantes cabalgadas de Gámez, también amenazado por el filo de un Bogusz que lideró cada ataque rival hasta la primera pausa de hidratación. El empeine demasiado cóncavo de Cifu no durmió un envío que superó a Jair y que le hubiera dado toda la ventaja para batir a Cristian. En una acción casi inmediata, Chavarría corrigió bien otra pérdida de marca de Jair, esta vez de Ekain, a quien le daba para crear cierto peligro cuando no estaba dedicado al fundido a negro de Eguaras.

El primer parón por hidratación fue un salvavidas para el conjunto aragonés, cada vez más superado por el Ibiza y la afición -reducida en número e irreductible en ánimo- aprovechó para recriminar al palco su descorazonadora gestión institucional. No fue la única ocasión, ni mucho menos, pero los 8.000 asistentes se esforzaron por disociar ambos estados de ánimo y arropar a sus jugadores -incluso cuando menos podían merecerlo- durante todo el partido.

Hubo un cierto renacer tras esta pausa, en el cuarto de hora final de la primera parte -con algún fogonazo en conducción de James, alguna de las pocas apariciones de Azón, los primeros intentos de Francho por hacer de él y de varios compañeros-, que no tuvo continuidad al inicio de la segunda. Al contrario, el Ibiza recuperó su plan y el Real Zaragoza, apenas sostenido por la mejoría de sus centrales -especialmente la de Francés, quien firmó una notable segunda mitad-, imploraba unos cambios inmediatos, que tardaron una eternidad en llegar…

No se trataba tanto de cambios individiales, aunque Bermejo y Eguaras no lograban salir de sus respectivos laberintos, como de dedicarle una vuelta táctica al equipo. Cambiar el sistema, para que hubiese dos responsables en la zona de creación y hasta una doble amenaza arriba, o -al menos- cambiar algunos roles en este 4141, poco negociable por parte de JIM.

El primer rol que debería actualizarse es el de Francho. Le sobra corazón para jugar donde le digan, y hasta para intentar estar al mismo tiempo en los cuatro puntos cardinales de un terreno de juego, pero el Real Zaragoza es otro cuando se le ordena que sea el pivote del equipo. Los mejores minutos del equipo en la segunda parte coincideron -sin ser coincidencia- cuando los isquitibiales abandonaron a Eguaras y Adrián lo sustituyó. Ahí el canterano tomó el mando y todo pareció dinamizarse, incluso James vivió una cierta efervescencia. Se admite a Francho también en un doble pivote si mudamos a otro sistema en algún momento, pero dejemos de debilitarnos empeñándonos en que juegue en barrios poco céntricos.

Borja Sainz mejoró a Bermejo: voluntarioso, pero impreciso hasta la desesperacón. Le sustituyó bastantes minutos más tarde de lo debido y entró sin regular revoluciones. Un centro suyo desde banda derecha no lo remató a gol Adrián, porque decidió que el balón entrara en órbita en lugar de templarlo. Puche ingresó por Azón, mientras Narváez -quizá en su último partido en La Romareda con esta camiseta- llevaba ya un rato largo de nueve, y supo filtrar un buen balón a Chavarría, pero el centro de éste no encontró rematador pese a la densidad de candidatos.

Cristian respondió bien a un disparo que se envenenó tras tocar en Jair y Petrovic debutó en lo diez minutos finales, confirmando su sinceridad: dijo al llegar que no estaba todavía al 100% y lo demostró. Incluso vio una amarilla por agarrar a un adversario que lo había superado con demasiada ligereza. Volvió a desplazar a Francho, además de entrar por un James que venía de firmar una combinación de mérito con Narváez, y el equipo se volvió a cortocircuitar. La salida ya consumada de Vuckic al Rijeka debería acelerar la llegada de un par de refuerzos esta semana para tratar de competir con más garantías el próximo viernes en Zorrilla. Con la plantilla a medio cocinar por el insufrible verano que nos han dedicado los todavía propietarios, el Real Zaragoza debe intentar sobrevivir en estas tres primeras jornadas. Sumar cinco puntos en ellas ya era un botín apreciable antes del debut… y sigue siendo posible, pero será muy improbable si se juega y compite como anoche.

Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez, Francés, Jair, Chavarría; Francho, Eguaras (Adrián González, 69), Igbekeme (Petrovic, 81); Bermejo (Sainz, 73), Narváez; y Azón (Puche, 81).
UD Ibiza: Parreño; Grima, Rubén González, Goldar, Morillas; Molina, Javi Pérez (Javi Lara, 91); Cifuentes (Appin, 64), Bogusz (Miki Villar, 85); Castel (Rodado, 91) y Ekain (Davo, 64).
Árbitro: Galech Apezteguía (Comité Navarro). Amonestó a Rubén González (3), Gámez (18), Goldar (70) y Petrovic (86).
Incidencias: Partido correspondiente a la primera jornada de Liga, disputado en La Romareda en una noche de insoportable calor. Se guardó un minuto de silencio en memoria de todos los zaragocistas fallecidos en el tiempo de pandemia.

Buenos días!
Se necesita mucha más fuerza en el centro del campo, Francho necesita dos escuderos rocosos que sean duros tirando a mercenarios …Eguaras no tiene nivel físico para jugar en Segunda por más que se empeñen. Esperemos el milagro de los fichajes. Buena temporada a todos .
Hola, Luis! Gracias por renovar tu confianza y seguir con nosotros una temporada más
Quizá me equivoque, pero no creo que sea el perfil que necesite Francho como acompañantes. Me da la impresión de que su aspecto engaña y no transmite aún su presencia física y despliegue sobre el terreno de juego. El viernes pude verlo en la tribuna de prensa y me pareció espectacular.
Yo optaría por una solución intermedia. O pasar a un sistema que incluya un doble pivote (4231, 442…), donde él pueda ser el más ligero si es con Petrovic o el más responsable si es con Eguaras; o si se mantiene este 4141, que uno de los interiores (el que comparta sector con el lateral más ofensivo) mira más hacia atrás y el otro lo haga hacia adelante.
Por ahora, a falta de ver cómo se cierra la plantilla, creo que el sistema no es asunto de debate. Pero que Francho pase al mediocentro es una urgencia inaplazable.
Abrazo grande!
Buenos días!
Esperemos que el equipo se ponga a la mayor brevedad a la altura de calidad de tus crónicas…que falta hace. Ahora que se ha liberado masa salarial con la salida del esloveno, tienen que traer gente que sume en generar fútbol y en asegurar gol. Como esto vale pasta y estamos tiesos como la mojama, vamos a encomendarnos (cada uno en lo que crea) para que Torrecilla acierte y suene la flauta, de forma que lo que traiga mejore y mucho a este equipo. Es un ruego y un deseo de la sufrida afición zaragocista que se merece un equipo a su altura.
Muy buenas, Servando!
Muchísimas gracias por el cumplido y, por supuesto, más si cabe, por renovar tu abono a leonsepia pese a la incertidumbre deportiva en la que todavía nos encontramos.
A mí me encantaría dedicarme a la dirección deportiva en algún momento de mi vida laboral (ni te digo la ilusión que me haría serlo en el Real Zaragoza…), pero le arriendo poco las ganancias a Torrecilla en las dos semanas que quedan de mercado. Además de un presupuesto limitadísimo, el no poder maniobrar casi hasta ahora, nos ha obligado a arrancar otra temporada con la casa a medio amueblar (cuando en junio podían haber llegado Sanabria, Paulino y, muy probablemente, Peybernes en julio) y a tener que acertar en los 4-5 fichajes que puedan llegar de aquí al 31 de agosto. Yo creo que serán 4-5, y si se me apura más cinco que cuatro, porque Narváez y Chavarría es más que probable que salgan.
Lo veremos y viviremos juntos, eso es lo mejor de todo por ahora
ABRAZO
Menudo partido «ilusionante» para comenzar.
Si se hubiera podido comer lo mejor hubiera sido el bocadillo sin duda.
Adrián es de lo poco peligroso que tenemos y, si está apto, debe jugar mucho más. Contra un Ibiza y en casa no tuvimos ni una ocasión de gol…
A ver como acaba el mercado Torrecilla, mínimo nos faltan dos puntas y un central.
No lamentaré mucho las marchas de Narváez y Chavarría si se producen (mejor ellos que Francés) pero Torrecilla tendrá que pescar algo más y acertar. Actualmente tenemos equipo para salvarnos sin tantos apuros como la temporada pasada y poco más.
Un saludo
Buenas, Borja! Disculpa la tardanza en contestar.
Yo también creo que Adrián debió salir antes. Sus minutos de enganche, con Francho en el mediocentro, fueron lo mejor del partido, junto a los minutos iniciales que tuvo el equipo.
Mientras he tardado en responderte, Torrecilla ya ha incorporado al 66% de lo que apuntabas. Me parece que está firmando un mercado de fichajes más que meritorio, dadas las circunstancias y que ha estado junio y julio con el semáforo en rojo.
En mi opinión, faltaría un segundo delantero o un banda ofensivo, si se termina quedando Narváez (no lo creo) para liberar de esa posición exterior al colombiano, además de alguien que dé volumen de juego al equipo por delante del mediocentro. Y si se termina vendiendo a Narváez, la o se transformaría en una y: segundo punta y banda ofensivo.
Nos quedan un par de partidos de intentar sumar lo más posible con no demasiados recursos y, conforme vaya avanzando septiembre, el equipo se irá acercando a lo que JIM pretende. Daños colaterales de empantanar la planificación deportiva por una venta fantasmal.
Abrazos