Fuera de foco
Margin call
Broche amargo a una temporada llena de sombras. El Leganés arrasa al Real Zaragoza y nos recuerda que deben tomarse muchas decisiones en los despachos para poder pelear el ascenso en el próximo curso
Margin Call se centra en el mundo de las altas finanzas y gira alrededor de una serie de personajes clave dentro de un banco de inversión durante las veinticuatro horas previas al inicio de la crisis financiera de 2008. Todo comienza cuando a un analista junior, Peter Sullivan, le revelan información comprometida que podría provocar el desmoronamiento de su empresa. Este hecho desencadenará una serie de decisiones que irán pasando de mando a mando, desde el más bajo al más alto, en un intento desesperado por salvarse a sí mismos, aunque sean conscientes de que el mundo se vendrá abajo por culpa de sus decisiones. La crisis financiera la fraguaron ellos y podría haberse evitado, pero los intereses creados, las fallas en el sistema y el abuso de poder han contribuido al derrumbe. Este thriller, en torno a los entresijos del mundo de las altas esferas financieras, centrada en el egoísmo y la avaricia de aquellos que de verdad lideran el mundo, cuenta con un reparto estelar y se trata de la ópera prima del guionista y director J.C. Chandor. Un relato crudo, muy crítico y aleccionador sobre el germen de la lamentable situación actual en la que se encuentran los mercados.
Derrota molesta la sufrida por el Real Zaragoza en la Romareda. Es verdad que había poco en juego y bajas importantes, pero enfrente estaba el Leganés, no la Naranja Mecánica de Johan Cruyff. Caída justa y necesaria, por otro lado. La manita del Lega nos devuelve a las catacumbas menos oscuras de la clasificación: nuestro hábitat natural desde que empezó la temporada y, sobre todo, nos recuerda la cantidad de deberes que nos toca afrontar este verano; siempre y cuando queramos llegar a mediados de agosto con la vitola de ‘equipo candidato al ascenso’. Raro -e injusto- hubiese sido alcanzar el top ten en la última jornada e irnos de vacaciones con la sensación del deber cumplido, inflando pecho por la más que notable segunda vuelta que nos han regalado JIM y alguno de sus pupilos. El técnico alicantino ha obrado el milagro sobre el césped, ahora les toca a otros hacer bien su trabajo en los despachos. Sirva la derrota de ayer para ponerse manos a la obra cuanto antes. Necesitamos gente valiente a los mandos, con el talento necesario para tomar buenas -y arriesgadas- decisiones en circunstancias tan adversas como las actuales. Esperemos que, esta vez, acierten: la afición zaragocista lleva demasiados años sufriendo una crisis que no merece.