Fuera de foco

12 hombres sin piedad
El Real Zaragoza resuelve otra final en una primera parte más que notable. Los jugadores empiezan a creer que pueden ganar a cualquiera, ahora también a domicilio
Los miembros de un jurado popular deliberan sobre el futuro de un adolescente de baja clase social, acusado de haber matado a su padre con un cuchillo. Las pruebas presentadas por el fiscal son contundentes, y todo apunta a un futuro infeliz para el chaval: once de los doce miembros de ese jurado creen que merece la pena de muerte. El actor Henry Fonda interpreta al jurado número ocho, el único disidente, y será el encargado de introducir en el debate una duda razonable que haga recapacitar a sus compañeros para que cambien su opinión. La cinta se rodó en 1957, en blanco y negro, y con un único escenario (la sala donde delibera el jurado). Ingredientes poco apetecibles, a priori… Obra maestra. Después de verla querrás, además de volver a verla, estudiar Derecho; y soñarás con formar parte de un jurado popular, a poder ser, ocupando el puesto número ocho.

JIM ha convencido a sus jugadores de que son muy buenos jugadores; y lo ha hecho en tiempo récord por una sencilla razón: él es el primero que cree en esta plantilla. Sabe que para ganar partidos es necesario encontrar la mejor versión de cada uno, exprimir al máximo el talento individual y ponerlo al servicio del equipo. Que fácil hubiera sido para JIM, dado lo agónico de la situación, echar mano del manual del funcionario: «Chavales, juntitos atrás, y portería a cero. Cuando la tengamos, balón arriba y a coger el rechace. Intensidad, segundas jugadas y cero errores. Vamos a ensayar tres horas y media los córners y las faltas, que la mayoría de los goles en Segunda se marcan a balón parado. Ah, y mañana juegan los mayores de treinta y cinco, que la experiencia es un grado». Piloto automático. Total, nada tenía que perder el nuevo entrenador, que el muerto ya lo estaba cuando él llegó… La media de edad del equipo que asaltó ayer La Rosaleda rondaba los veinticuatro, y hubo ratos en la primera parte que daba gusto ver jugar al Real Zaragoza: con personalidad, triangulando y rompiendo lineas desde la linea defensiva, apoyándose en la movilidad y clarividencia de esos locos bajitos que se mueven por la zona de creación (Francho-James-Bermejo). JIM ha convencido a Eguaras de que le sobra talento para marcar el ritmo de los partidos; a Vigaray le ha dado permiso para volar y convertirse en el mejor lateral de la categoría; a Francés y Jair no sé qué les ha dicho, pero ha dado en el clavo… Y así con casi todos. En la segunda mitad nos tocó defender sin balón, igual que el día de la Ponfe, y hubo que apagar la música y recoger las piñatas. El día que JIM recupere la mejor versión de los jugadores más rezagados, la fiesta durará más rato.

JIM, sin duda alguna es el mejor fichaje, no de la temporada, sino de los ocho años que llevamos en segunda (exceptuando a Víctor Fernández)
Recuerdo la primera ruedas de prensa que dió, todos nos echamos las manos a la cabeza, cuando dijo eso de: estos son los jugadores que tengo y con ellos voy a trabajar.
La mayoría incluida la prensa, éramos de la opinión, de que había que darle la vuelta al calcetín por completo, fichando a no menos de 6 u 8 jugadores y echando a otros tantos. Y no sólo no ha sido así, sino que a los que les ha dado la vuelta ha sido a los propios jugadores.
Si comparamos la alineación del partido de ida con el Málaga, a la del pasado domingo, sólo dos jugadores han coincidido en la alineación inicial, lo que dice mucho de JIM.
Confío en que siga recuperando jugadores para la causa. James y Vigarai son esenciales, por el trabajo que ofrecen, y por el espacio que ocupan en el campo.
Y lo más importante, que esto parece ser ya un equipo, todos atacan y todos defienden.
Continuará.
Eso es, Edu!
Queda mal recordarlo, pero aquí lo comentamos en aquel momento. Viniese quien viniese, la salvación iba a pasar -y sigue haciéndolo- por recuperar el nivel de los que ya estaban.
Permíteme sumar al pedestal de técnicos durante estos ocho años en Segunda a Natxo -no sé si seré menos purasangre por ello, pero que firmase por el Dépor antes de que acabara la temporada no le quita ni un mérito a la histórica segunda vuelta que firmó- y, por supuesto, a Víctor Muñoz. Él sí se atrevió a venir la primera vez (temporada 13-14) que hubo un riesgo más que real de descender a Segunda B, nos salvó, aguantó un verano donde, a principios de agosto, la plantilla apenas contaba con cinco o seis fichas y fue buscado por un directivo actual (Iribarren) en los vestuarios de Los Pajaritos en octubre para, conociendo su mecha corta y mostrando muy poco agradecimiento y bastante interés, forzar su marcha y la llegada de Popovic.
Siempre será una sensación personal indemostrable, pero sin ese capricho antojadizo y evitable de Iribarren, ese Zaragoza debió haber ascendido de la mano de Muñoz y de Martín González.
Abrazo grande
Totalmente de acuerdo, Martín González ha sido el mejor director deportivo que hemos tenido desde la llegada de la Fundación. Fue capaz de armar una plantilla de mucha calidad en sólo dos semanas, que con tranquilidad y sin el cese de Victor Muñoz nos hubiera llevado a Primera. Ahí pagamos el pato de directivos que quieren ser entrenadores y directores, tratando al club como su cortijo particular.