Quedan pocos axiomas vigentes para quienes crecimos en los años ochenta, por eso a veces nos reconocemos preocupados con las melancolías de nuestros abuelos… pero a la edad de nuestros padres. A Andorra se sigue yendo a esquiar, pero ya no se visita para cargar el maletero de tabaco, whisky y toblerones. Ahora se empadronan influencers y se cuida la pelota mucho mejor que en cualquier otro lugar de esta categoría. A sus más de 1.400 metros de altura, desde un sur demasiado marcado en la clasificación, la visita un Real Zaragoza rearmado y apenas con la sensible baja de Azón: Naranjo entra en la lista en su lugar. Viajamos ya sin pegatinas en la luna trasera del vehículo, pese a hacerlo con ‘Bebé a bordo’. Mejor así, que no se lo esperen. Podría ser incluso titular.