Podía suceder (los 40 minutos finales), pero no debe volver a ocurrir
Cuando eres un futbolista profesional, siempre te estás jugando algo; aunque desde fuera pueda parecer que ya está todo hecho y sólo queda esperar que llegue la próxima temporada. El Real Zaragoza, en estas cuatro jornadas que todavía quedan, no puede estropear la imagen de equipo competitivo que -con tanto esfuerzo- se ha labrado durante todos estos meses y que ya sirvió para escapar del fantasma del descenso durante el mes de febrero. No es fácil gestionar anímicamente cuando te quedas sin objetivos y te sientes a salvo de peligros; aún más si el líder -después de competirle con cierta entereza durante la primera mitad- se te adelanta con un gol afortunado y con otro desgraciado tras el descanso. Podía suceder, pero no debe volver a ocurrir. Quedan cuatro encuentros y se han de competir al máximo: por el escudo, por la afición y por la competición. JIM ya ha mandado un mensaje claro con el recambio de Borja Sainz en el minuto 78, cuando el extremo había entrado al descanso. No fue una situación habitual y le tocó a Borja -según JIM, por cuestiones tácticas-; pero pudo ser cualquier otro, porque no daba la sensación de estar desentonando más que el resto.