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Cartagonova, donde JIM fue emperador, nuevo puerto para un Zaragoza convencido y sonriente

Existe una viciada expresión periodística, que parece atribuirle la propiedad de un equipo a su entrenador. El Real Zaragoza de JIM, diríamos aquí, como si el Real Zaragoza fuese suyo… Se sabe que no lo es, quizá por desgracia, pero lo que sí le pertenece es buena parte de nuestro destino. Ésta, si lo termina siendo, será una salvación de autor que llevará su firma, porque los refuerzos que puedan llegar serán probablemente insuficientes si quienes ya están no le dan continuidad al ilusionante despegue previo a Navidad.

El calendario refuerza la teoría. Los rivales directos van a sucederse durante las próximas semanas, en duelos que acercarán o alejarán sensiblemente el objetivo pese a estar en enero; mientras Torrecilla libra la ardua tarea de encontrar acomodo a descartes del penúltimo clasificado de Segunda… Porque eso es lo que hoy somos cuando nos descuelgan el teléfono. Quizá nos miremos en espejos que ya no nos reflejan cuando nos impacientamos porque sólo ha habido una salida: la de Papu. Yo, sin pretender ninguna ofensa, la considero próxima al milagro.

JIM ha resucitado a un conjunto muerto y sigue regalando masajes cardiacos en cada declaración. Está convencido de lograr la permanencia, prevé terminar la temporada ajenos al drama y volver a mirar arriba la próxima, habla del Toro Fernández como si estuviese entrenando a Milosevic… Todo suena a exceso, pero lo expresa tan convencido que convence. El vestuario cree y creer es aún más poderoso que querer.

El Real Zaragoza -ahora suyo- debuta en Cartagonova, donde él fue emperador hace una década, y lo hace con la certeza de que aún quedan un generoso puñado de triunfos para salir del ojo del huracán. Ganar esta noche supondría, además de firmar el momento más luminoso de la temporada, alcanzar a un rival en caída libre -cuatro puntos en las últimas nueve jornadas- y, quizá, quedarse a la altura de quienes marcan la permanencia.

No se prevén apenas cambios en el once que se impuso con autoridad desacostumbrada al Lugo. Todo lo que vaya más allá de la posible salida de Zanimacchia por Bermejo -la gran novedad en la convocatoria, junto con James- sería una sorpresa. No llegan todavía Adrián y Guitián, que tendrán minutos el martes en Alcorcón, en Copa del Rey, casi con toda seguridad. Causarán baja también Javi Ros, con recientes molestias en la rodilla operada, y Atienza, que cumple su último partido de sanción después de su torpe expulsión en la grada de El Molinón.

El Cartagena, donde Delmás no ha logrado arrebatarle la titularidad a David Simón, sufrirá las sensibles ausencias del veterano lateral zurdo De la Bella y del emergente centrocampista panameño Carrasquilla. Sí estará Rubén Castro, tercer máximo goleador del campeonato -nueve- pese a rondar ya los 40 años, y sobrevolará el interés local por Guitián durante este mercado de invierno, recién estrenado.

Francho seguirá siendo el líder futbolístico: rozando la ubicuidad en el doble pivote, siendo socio principal de los atacantes cuando se tenga la pelota y de los centrales cuando el rival aceche el área propia. Se espera que los últimos respiros devuelvan una versión más exuberante de Narváez, reducido físicamente por las sucesivas maratones del otoño, y se desea contemplar un equipo que se sienta protagonista en rodeo ajeno. Que crea y pueda, porque se sabe el Real Zaragoza de JIM: último emperador de Cartago Nova.

📷Alfonso Reyes

El posible 11 de JIM

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