3 comentarios en “JAVIER PLANAS (octubre). 60′”

  1. De Javier a Javier y le sugiere que se describa como futbolista para las generaciones posteriores a la suya, y éste, lo máximo a lo que llega es a decir que era cumplidor y si acaso un robador de balones.
    Precisamente quienes no lo han visto jugar se habrán quedado con la impresión de ni frío ni calor. Craso error. Porque están, por incrédulos que se tengan, ante uno de los mejores jugadores de la historia del Real Zaragoza.

    ¿Un cumplidor, un robabalones? Sí, claro ¡Como para poner a deslomarse a Arrúa o a García Castany que estaban para otros virtuosismos! Y a partir de ahí comenzaba todo, con la pelota recuperada ya en sus pies. Ora para el uno u ora para el otro, porque si veía los pasillos cerrados tiraba recto para adelante y entonces el que oraba era el portero rival, porque si una virtud grandiosa tenía Javier Planas era el terrible disparo lejano de potencia descomunal. Uno recuerda aquel ruido de madera seca de cuando algunos de aquellos trallazos los estrellaba en el larguero dejando la portería cimbreando, años ha antes del aluminio.

    En los 70 se le dio una vuelta táctica al fútbol y, a la vez que la introducción de la figura del defensa libre, aquí Violeta, surgieron los auténticos centrocampistas.
    Planas, García Castany y Arrúa en esos 70. Señor, Güerri y Herrera en los 80. Aragón, Nayim y Poyet en los 90. Fueron líneas míticas de centrocampistas que duraron y mandaron muchas temporadas para darle jerarquía, poso e identidad al equipo. En este milenio se estaba gestando aquel con los jóvenes Zapater y Cani a la espera de un tercero para reinar largo tiempo, pero pasó lo que pasó por todos conocido y en 2006 se acabó lo que se iteraba.
    Planas, Señor y Aragón han sido los creadores legendarios, los mejores jefes de sus respectivas generaciones… y Barbas, como añaden “los clásicos”.

    Javier Planas, además, siendo aragonés y… una rara avis. Porque llegó a la selección nacional absoluta que se le negaba, por ejemplo, a García Castany por su pecado de no estar ya en el Barcelona, suministrador oficial de los internacionales españoles junto al Madrid históricamente, y más aún en aquella etapa de Kubala. Se le adjudicó el mítico número 10 como el motor de España.
    Planas era un jugador muy moderno. Pareciese uno de la admirada Alemania: potentes en lo físico, calidad en el despliegue y potencia en el disparo. Poco después apareció Schuster en el Barcelona y Stielike en el Madrid.
    Y ahí, cuando se vislumbraba una carrera meteórica y con tan solo 26 años, se lesionó gravemente la rodilla que le hizo despedirse del fútbol. Por lo visto sin mayor pena para el protagonista.
    La que sí pasamos los zaragocistas de entonces, pues muchos consideramos aquel hecho como el final de los zaraguayos. Pues marcó la pérdida de la final de Copa de 1976 por su ausencia más la de Violeta, arbitraje tendencioso mediante como marca la tradición. Con la posterior y necesaria venta de Diarte. Poco después el descenso, infortunio similar del 8 y, en resumen, todos para casa.

    Porque el 4, sin quererlo ni saberlo, hasta en eso fue un adelantado…

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