ESCRIBÁ Y EL TEOREMA DE TOSHACK

Pablo Díaz Stalla

escribá y el teorema de toshack

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«Los lunes pienso en cambiar a diez jugadores, los martes a ocho, los jueves a cuatro, el viernes a dos…»

Quizá no se tratara de una final en el sentido más estricto del término, ya que todavía quedan 13 partidos por jugar después de éste, pero sí era un partido de gran importancia porque se juntaba una doble necesidad, física y mental: poner distancia respecto al precipicio del descenso a Primera RFEF y limpiar la mala -por no emplear palabras malsonantes- imagen defensiva dada en los dos últimos encuentros. Seguro que la semana se hizo larga en el vestuario -reunión de hora y media mediante antes del entrenamiento del miércoles-, porque estás deseando que el fútbol te dé una nueva oportunidad para redimirte y demostrar que eres capaz de competir y de ganar partidos en esta categoría. También había curiosidad por ver qué alineación decidía Fran Escribá para afrontar el encuentro contra el Burgos. En nuestros Directos de Twitch de la semana pasada, ya comenté que me esperaba dos o tres cambios, como máximo. No más. Tampoco hay plantilla para dar mayores volantazos y Toshack lo explicó hace ya muchos años, en una rueda de prensa que quedó para la posteridad: «Los lunes pienso en cambiar a diez jugadores, los martes a ocho, los jueves a cuatro, el viernes a dos… y el sábado ya creo que tienen que volver a jugar los mismos once cabrones de siempre».

Dejar a cero nuestra portería, tras dos goleadas muy preocupantes, es la mejor noticia que nos dejó el encuentro contra el Burgos

Con la actual plantilla, sumado a las importantes lesiones en el frente de ataque, recuperar la solvencia defensiva y no encajar goles se antoja indispensable para afrontar el reto actual de mantener la categoría. Dejar a cero nuestra portería, tras dos goleadas muy preocupantes, es la mejor noticia que nos dejó el encuentro contra el Burgos. Es verdad que el último rival no es un equipo acostumbrado a marcar muchos goles -24, por los 23 del Real Zaragoza-, pero Cristian se convirtió casi en un espectador más durante la primera parte, en la que sí apreciamos una mayor intensidad a la hora de presionar a los jugadores rivales. De hecho, a los tres minutos ya le habían señalado dos faltas al conjunto aragonés y la recuperación de posición tras pérdida sí iba acompañada de presión al poseedor esta vez. Apenas una falta lateral rematada con demasiada comodidad por el Bermejo visitante nos pudo recordar al primer gol del Alavés y nos retrotrajo a la frialdad defensiva de las últimas semanas. En la segunda parte, con ayuda del sol que deslumbraba al portero zaragocista, el Burgos pudo asustar con algún disparo desde fuera del área. Ofensivamente, el Zaragoza apenas pudo incorporar más variantes a su escaso catálogo: demasiado dependientes de las aventuras en solitario de Giuliano Simeone -la mejor ocasión, eso sí, vino de un remate suyo a quemarropa tras centro de Francho– y de los intentos de Bebé. A zurriagazo limpio. Esta vez sí hubo centros interesantes al área, pero no encontraron rematador… Igual es que no lo hay.

Sigue bajando y no te pierdas el vídeo final (12′) de PABLO DÍAZ para esta TRIBUNA FONDO NORTE

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