EL FADO MÁS FELIZ

ALFONSO REYES @futbolgrafo

EL FADO MÁS FELIZ

Nieto fue la gran sorpresa en la alineación. Nadie lo esperaba y a más de uno le dio un injusto escalofrío. Su nombre y el de Ratón fueron los más pitados por ese precipitado tribunal que levanta y baja pulgares cuando se comparte el once inicial por megafonía. El canterano, contra muchos pronósticos y con grandísimo mérito, tuvo una actuación notable y fue uno de los más destacados del equipo. Marcó el camino de cómo revertir las sospechas heladas de La Romareda por cariñosos aplausos. Todos sabemos lo improbable que eso resulta. 

Ratón, tampoco en esta ocasión, fue capaz de cambiarle la dirección a la flecha que marca su presente con buena parte de la afición del Real Zaragoza, si bien una meritoria parada suya al inicio de la segunda mitad evitó males mayores y permitió la posterior remontada. Nos detenemos en la acción del gol del Ibiza, donde el balón fue de un lado al otro del área pequeña sin que el guardameta pudiera marcar un territorio que debe ser siempre suyo.

Y el epílogo de la imagen anterior es esta composición donde la soledad del guardameta se siente en toda su crudeza, con una grada entre resignada e iracunda dirigiendo casi todas sus miradas hacia él y con una portería que, a su espalda, da la inevitable impresión de ser más grande que nunca.

Giuliano no estuvo tan punzante y peligroso como acostumbra, pese a que en el primer minuto de partido ya firmó una conducción hasta la línea de fondo para poner un pase de la muerte, que sólo los centrales del Ibiza pudieron sofocar sobre la línea de gol. Con su padre , sus hermanas pequeñas y varios familiares más en el palco de La Romareda, el delantero argentino tenía todavía más estímulos para brillar en una tarde de frío intenso. No pudo ser, pero nadie le reclamó nada. Imposible hacerlo con quien siempre lo intenta.

Francho se estrenó como titular con Escribá, quien en la víspera ya había elogiado su dinamismo. El canterano, con su estética más propia del fútbol de nuestra niñez, hizo buenas las palabras de su entrenador y trató de descolgarse en varias ocasiones al área rival, ofreciendo desmarques de ruptura que ayudaran a su equipo a salir del páramo futbolístico donde se instaló durante buena parte del encuentro. Fuzato le negó un buen disparo desde la frontal y aquí la defensa del Ibiza estuvo muy cerca de cometer penalti sobre él.

Jair es el nombre del gol del Real Zaragoza en la actualidad. En apenas seis días ha anotado los mismos tantos que en las dos temporadas y casi media que lleva en el club aragonés, reactivando una amenaza con el balón parado que parecía abandonada. Sus compañeros saben de la importancia del portugués y se apresuraron a felicitarle por su cabezazo -aquí sí- ganador.

Los primeros planos muestran toda la intensidad que tienen las disputas en este deporte. Ni un músculo sin contraer en buscar de un balón sin dueño le dan una belleza singular a esta imagen y ayudan al aficionado a sentir cómo se vive un partido desde dentro.

Bermejo es el jugador diferente de este equipo, una piedra angular a la hora de crear juego y generar ocasiones. Sirva esa imagen simétrica y más propia del ballet para destacar a quien terminó siendo héroe de la victoria con ese gol en el descuento. Ojalá sirva para cambiarle la tendencia a la temporada.

Nada más anotar Bermejo a Lluis le salió irse a abrazar con Ratón, conscientes ambos de la imperiosa necesidad que se tenía de este victoria y de lo cerca que se estuvo de no lograrla. Sólo quienes están ahí abajo -y aún más si se sienten en la diana de parte de la afición- saben lo que se sufre cuando casi nada sale. Considérese esta FUTBOLGRAFÍA una nueva versión del original Abrazo del alma del Mundial 78.

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