Pablo Díaz Stalla
el acorazado ya tiene cañones
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Si al compromiso y solidez defensiva de casi siempre añades al cuarteto ofensivo que atacó al Granada, lo lógico es que puedas ganarle a cualquiera
Desde la llegada de Escribá y Generelo al banquillo, algo ha cambiado para mejor en el Real Zaragoza. Es cierto que ya hace más de cinco meses y que ha habido tramos del calendario donde parecía imposible salir del último tercio de la tabla, pero el actual cuerpo técnico ha conseguido que el conjunto aragonés compitiera siempre, pese al enorme vacío que han supuesto las ausencias de Azón y de Mollejo. Las consecutivas y abultadas derrotas de febrero, ante el Alavés y el Málaga, nos metieron el miedo en el cuerpo: siete goles en contra en dos encuentros suponían una debilidad defensiva insostenible casi para cualquier equipo y más para uno con tantos problemas de cara a la portería contraria. Se logró detener la sangría, como primer paso del plan, a la espera de recuperar efectivos arriba. Y ahora ya tenemos a Iván Azón para robustecer el ataque y ser un equipo que no sólo resiste, sino que también amenaza. El acorazado, por fin, tiene cañones. Si al compromiso y solidez defensiva, añades al cuarteto ofensivo que atacó la pasada jornada al Granada –Bermejo, Bebé, Azón y Simeone-, lo lógico es que puedas ganarle a cualquiera.
Esta mejora colectiva viene acompañada de una mejora individual de casi todos: Nieto, Gámez, Bermejo, Grau…
Esta mejora colectiva viene acompañada, como no puede ser de otra manera, de una mejora individual en los jugadores. Nieto ha logrado asentarse a base de trabajo y buenas actuaciones: cada partido se le ve jugar con mayor seguridad. Francho se ha hecho fijo en el centro del campo, por su trabajo y capacidad para abarcar espacio. La vuelta del Fran Gámez insistente en ataque -premiado con un gran gol- y solvente en defensa. La aparición del Bermejo que esperamos, con conducciones interiores rompiendo líneas y que se entiende muy bien con Gámez por ese carril derecho. La vuelta de Jaume Grau, para dar equilibrio y salida de balón. Podríamos seguir así, uno a uno, hasta el final de la contracrónica. La alineación de Escribá ante el Granada bien puede ser considerada la más titular en estos momentos, con el permiso de Zapater -que se ha ganado a pulso los minutos que ha jugado y los que, seguramente, va a disputar-. Aún quedan 21 puntos por delante y nada está resuelto del todo. Cierto es que te has alejado tres puntos del descenso, ya son nueve de distancia -los mismos que separan de la promoción de ascenso- gracias a la derrota de la Ponferradina; pero en este tramo de la temporada se producen muchos resultados inesperados y es necesario lograr la tranquilidad matemática cuanto antes. Una vez conseguida la permanencia, no relajarse e intentar subir puestos y quedar lo más arriba posible. Pero ahora sólo toca aprovechar este buen momento y pensar en ganar sí o sí al Racing de Santander.
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