Lo que ya suscita dudas, tal y como está el mundo, es que todas las personas sean humanas.
Los jugadores profesionales de fútbol son personas. Me reconocerán que llegar a esta elaborada afirmación sólo ha sido posible gracias a mi graduación universitaria en psicología. Con ese mismo rigor puedo afirmar que la mayoría de futbolistas son humanos, aunque algunos se comporten como alienígenas del balón. Lo que ya suscita dudas es que, tal y como está el mundo, todas las personas sean humanas. A los aficionados nos apasiona nuestro equipo y seguimos con detalle a cada uno de sus componentes que viven con las botas puestas. Pero antes y después de cada partido hay unos seres, con vida propia, que piensan, anhelan o temen por su presente y futuro.