EL ARCO DEL NO TRIUNFO

DANIEL MARZO @DMarzoFoto

EL ARCO DEL NO TRIUNFO

Rebollo, siempre risueño, mostraba este gesto algo cariacontecido en el calentamiento previo al encuentro. La especulación atenta contra la mejor praxis de nuestro oficio y es muy posible que su semblante sólo denotase concentración, pero mi impresión -indemostrable-es que el propio guardameta andaluz se había ilusionado a lo largo de la semana con la posibilidad de ser titular ante el Málaga. Si hiciéramos una trilogía en este arco del no triunfo -en esta jornada-, Rebollo sería el feo. Entiéndase como metáfora de la ausencia de su permanente sonrisa en el rostro.

El bueno, el mejor, siempre lo será Cristian. En pleno proceso de recuperación de su lesión en el codo, la ya leyenda argentina -el extraterrestre, como siempre le llama Andoni Cedrún– no se quiso perder el partido y lo siguió en una cabina de la zona de prensa junto a Iván Azón. Álvarez bajó al césped durante el calentamiento de sus compañeros y no dudó en hacerse fotos con los jóvenes aficionados que se lo solicitaban.

No es nuestra intención, porque bastante leña lleva su árbol caído, pero sirva esta FUTBOLGRAFÍA para reflejar lo pequeño que puede hacerte sentir La Romareda cuando te baja el pulgar. Ratón fue silbado desde que se anunciaron los nombres por megafonía y durante cada una de sus intervenciones. El gol visitante ahondó, más si cabe, en un divorcio que parece irreversible y que quizá lo devuelva al banquillo si en Burgos también queda erosionado por el marcador final.

Os invito a fijaros en Petrovic cuando no sea titular. El serbio, todavía inédito con Escribá, no demasiado relevante para Carcedo, y en una probable rampa de salida de cara a la ventana de mercado de enero, llama la atención por su superlativo grado de implicación durante los partidos. Ante el Málaga, deseó suerte a todos sus compañeros al acabar el calentamiento, no podía estarse quieto en el banquillo en los minutos finales y salió a consolar a todos -y a felicitarlos por el esfuerzo- nada más consumarse este inmerecido empate.

Escribá y Mel, viejos conocidos de mil batallas, se saludaron muy afectuosamente antes de empezar el choque. Siempre me he preguntado qué se dicen los entrenadores en estas situaciones, porque apenas parece haber tiempo y ocasión para mucho más que para desearse suerte. Aquí tuve la ocasión de escucharlo y me sorprendió bastante… Mel, quien no tiene pasado en Zaragoza como jugador ni como entrenador, le preguntó a Escriba dónde vivía. Sólo se me ocurre que sea un método bilardista para decirte algo que no te esperas y desenfocarte del juego durante unos minutos. Fran le contestó que cerca y ni arqueó las cejas.

Vada de espaldas y Grau pidiéndole con los brazos una línea de pase era una imagen muy frecuente en la etapa de Carcedo. En el estreno del nuevo entrenador en La Romareda, el Real Zaragoza mostró una fluidez y un dinamismo en la circulación superior al habitual, pero todavía se repitieron este tipo de gestos. El equipo parece ir por el buen camino, aunque ya lo hace con una desventaja notable y queda mucho por recorrer.

Yañez y Simeone fueron la pareja del partido. Se encontraron en todas las esquinas y el buen guardameta de la cantera del Real Madrid, en una de las actuaciones más portentosas de su carrera, le ganó casi todas. Sólo en su último remate pudo superarlo el Cholito, quien declaró al final del encuentro que él había sido el protagonista del empate… pero en sentido negativo, debido a todas las ocasiones que había generado el equipo y que él no había sido capaz de transformar. Giuliano muestra una madurez impropia para su edad, también cuando le toca ponerse delante de un micrófono.

Escribá ha reconocido que le da una enorme importancia a las jugadas de estrategia, ya que «lo único seguro antes de comenzar un partido es que va a haber córners y faltas laterales». Por primera vez esta temporada se vio al equipo llenando de efectivos el primer palo de la portería rival en los saques de esquina. Grau tuvo que atornillarse al césped para resistir los empujones que trataban de sacarlo de esa posición.

Si hubo un momento curioso durante el encuentro fue cuando desde megafonía se anunciaba la entrada de Eugeni por Zapater, el cuarto árbitro llevaba ya unos segundos con el cartel electrónico levantado, y el capitán seguía sin enterarse… mientras daba instrucciones a sus compañeros, ensimismado en el desarrollo del encuentro. Al percatarse, salió en estampida hacia Lluis López, para darle el brazalete -éste se lo acercó a Ratón-, y siguió su esprín hasta chocar sus manos con Valderrama y retirarse del terreno de juego. Con una ovación.

La grada de animación estuvo tan elogiable por su permanente apoyo durante todo el encuentro como censurable por sus desenfocados cánticos contra los jugadores al término del encuentro. Se les puede reprochar su infinita falta de acierto, pero esta imagen de Mollejo y Grau en el último córner del partido -con Generelo al fondo en posición de rezo-, así como su infatigable intento desde el primer minuto, muestran el compromiso de este grupo, los aleja a las antípodas de la figura de un mercenario y los legitima para seguir mereciendo esta camiseta.

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