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VIAJEN SIN ASPIRINAS
El Real Zaragoza visita al moribundo Málaga con la necesidad de no reanimarlo y de poner siete puntos -más average- de distancia con el descenso. Bermejo volverá al once, Lluis podría sentar a Francés y Sans se juega la plaza con Puche
✍️ Javi Hernández (@SepiaHdez)
Daniel Marzo (@DMarzoFoto)
Cada verano se nos pasa, pero el Real Zaragoza nos envejece el alma en los últimos inviernos, de manera que llegamos a mediados de febrero sin mayor ilusión que asegurar una permanencia lo menos sufrida posible. Así ha ocurrido desde que la pandemía nos partiera por el medio y sumiera al club en un volcán en erupción donde -por ahora- ha cambiado casi todo menos lo esencial: seguimos siendo un equipo del penúltimo vagón de Segunda. La esperanza está depositada en la próxima temporada, como viene siendo ya una agotadora costumbre, aunque se diría que ahora -con Escribá y Cordero a los mandos- sí que ésta puede ir más allá de la mera expectativa. Habrá que alcanzar los 50 puntos -la tan familiar Franja de Gaza en esta categoría- y que evitar reanimar a rivales que parecen sin pulso. Como el Málaga…
Ganar este lunes en La Rosaleda nos acercaría a 14 puntos del objetivo a falta de 14 jornadas, alejaría el descenso -marcado actualmente por la Ponferradina- a siete más el average, dejaría a tres rivales al borde del desahucio y nos permitiría establecernos en el nutrido pelotón de mitad de tabla. El suelo se movería debajo de nuestros pies si el Málaga, incapaz de vencer en todo 2023 -tres empates y tres derrotas- supera en este duelo al Real Zaragoza. Un escalofrío nos erizaría el alma y quedaría declarado el estado de alarma.
Seamos positivos, que es de los pocos alimentos básicos que no sube mensualmente el IPC. Escribá ha reconocido que Bermejo ya no tiene ninguna molestia en la cresta iliaca y podrá ser de la partida. Todos sabemos su capacidad para aceitar el juego ofensivo del Real Zaragoza y los problemas de conexión que muestra el ataque aragonés cuando el madrileño no está disponible. Asimismo, Francho -el jugador más en forma en las últimas semanas- se ha recuperado de un virus estomacal, que también ha visitado estos días a la redacción de LEONSEPIA y que te deja vacío un par de días…
EL JUEGO DEL SEPIA
Hay pocas dudas de que Vada será el sacrificado por la segura entrada en el once de Bermejo y apenas existen de que Lluis López tendrá su oportunidad en el centro de la defensa, tras la terrible tarde de Jair y Francés ante el Alavés. Escribá no les dedicó ningún paño caliente a la conclusión del último choque y evitó cerrar esa puerta entreabierta en su última rueda de prensa, previa al viaje a Málaga. Ahora bien… ¿A quién sustituiría Lluis? El técnico también hizo referencia al peligro aéreo del rival. Ahí se sabe que Jair -quien podría anunciar su renovación con el club por dos temporadas más esta próxima semana- es tu principal valor defensivo.
Con Nieto -parece- consolidado como lateral izquierdo titular y Francho restablecido, no da la impresión de que vayan a haber muchos más cambios en el once. Bebé buscará su tercer misil inteligente, en tres partidos, desde una banda izquierda que parece alejarle demasiado de la portería rival -cualquiera defiende esa tesis ahora…- y Puche -salvo que Escribá se anime de inicio con Pau Sans– seguirá ayudando a Simeone a fatigar de inicio el frente de ataque.
Vada y el espumoso Sans quedarán como recursos ofensivos para la segunda mitad de un partido que en ningún caso debe repetir el guion del Molinón: cuando el Sporting llegaba acosado por sus fantasmas y a los cinco minutos ya se había puesto por delante en el marcador y celebraba la torpe expulsión de Alarcón. El Málaga llega sin el sancionado Luis Muñoz, con una intimidante nómina de atacantes -Rubén Castro, Fran Sol, Lago Junior…-, con Febas al mando de sus operaciones y con Delmás como lateral derecho. Todos conocemos nuestra naturaleza samaritana y curativa cuando nos encontramos con un rival agonizante por el camino… Aquí no podemos acudir al botiquín de primeros auxilios o terminaremos siendo nosotros quienes entremos en cuidados intensivos. Ojalá hayamos viajados sin aspirinas.
