Real Zaragoza – Andorra. PUENTE COLGANTE (J.14)

✍️ Javi Hernández (@SepiaHdez)

📷 Alfonso Reyes (@Futbolgrafo)

Si apostar nunca es recomendable, hacerlo en esta categoría tan pantanosa debería estar directamente prohibido por decreto ley. ¿Cuántos de nosotros podíamos imaginar que este incierto Real Zaragoza iba a ser capaz -sin Bermejo, Azón y Francho– de ganar a un Tenerife que se mantenía invicto este curso en su feudo? Pocos o muy pocos. Y aún menos, seguramente, cuando se sintió aquella laxitud defensiva durante el primer cuarto de hora, que permitió a los locales ensayar centros cómodos y peligrosos sobre el área pequeña de Cristian. De repente, sin apenas aviso previo, Mollejo hace bueno -con un tacón primoroso- un centro de Larra y Vada se reencuentra con su alma de oportunista que, dos meses de espera después, ya se temía desaparecida. El rival quedó noqueado por el golpe y el resto es una feliz historia que ya se conoce. Si el Zaragoza es capaz de darle continuidad y sumar ante el Andorra un segundo triunfo consecutivo, habrá hecho un buen truco y un mejor trato: dejará de parecer un muerto viviente y se acercara a una orilla más alegre y tranquila, dejando atrás el puente colgante que todavía atraviesa.

Carcedo está agitando su plantilla más de lo habitual últimamente, aunque Molina y Vada resisten como dúo innegociable, complicando así la mudanza hacia una propuesta más acorde con las principales fortalezas de esta plantilla: optar por un centro del campo que refuerce la fiabilidad defensiva ya adquirida estas temporadas y que sostenga a un trío o cuarteto -según rival y momento- de pirañas ofensivas, dedicadas a la presión alta y a castigar el espacio a la espalda de la defensa rival. Todo el tiempo que tardemos en llegar a esta prosaica conclusión retrasará nuestro despegue en una temporada que aún nos espera.

Con la última alineación, donde Petrovic se unió a los habituales Grau y Molina en el once inicial elegido, parecíamos transitar en esa dirección de añadirle cemento a la medular… En realidad, el serbio terminó empadronándose como un central más y se estableció la paradoja de que, con Manu Molina presionando arriba -como tantas veces se le ha pedido a Francho esta temporada-, el presunto trivote derivó en una excesiva soledad de Grau en el círculo central y en un empeño -de mayor riesgo que negocio- por salir jugando desde atrás, como si nos entrenara el técnico que no tenemos y fuéramos el equipo que no somos.

EL JUEGO DEL SEPIA

Mollejo y Petrovic venían llamando a la puerta del equipo, a la de su coherente evolución. Si se había detectado falta de carácter y de regularidad a lo largo de los 90 minutos, pocos activos de la plantilla garantizan un gen competitivo y un dominio del oficio tan desarrollado como ambos. El encuentro de Mollejo, siempre solucionando problemas y dando soluciones, resultó sobresaliente y sólo se entendería su pronta sustitución en el Heliodoro porque Carcedo vuelva a contar con él como titular ante el Andorra. El Juego del Sepia apuesta por ello y por el regreso al banquillo del balcánico, quien disputó el choque completo el viernes, está apercibido y puede ser reservado para regresar al once en Mendizorroza, en apenas tres días. Molina y un fatigado Grau se antojan inamovibles, con Zapater en la recámara y Francho con opciones de regresar a la convocatoria.

Jair es un sólido candidato a regresar al equipo titular, por más que Carcedo parezca considerar a Francés  y a Lluis como su pareja titular a día de hoy. Quizá el portugués juegue este viernes en Vitoria, ya que el perfil del ataque del rival puede ajustarse mejor a sus condiciones defensivas. Gámez apunta a novedad en el lateral derecho, en lugar de Larra o desplazando al vasco al mediocampo, mientras que Fuentes seguirá siendo indiscutible en el izquierdo mientras el físico le aguante.

Terminamos esta intuición razonada del próximo once del Real Zaragoza con la pregunta que ya nos hacíamos en el subtítulo: ¿jugará Gueye? Inédito en Tenerife, se diría que lo hará seguro. Más dudas despierta su titularidad. Nada indica que no pueda serlo, ya lo fue ante el Villarreal y en Granada. A priori, su figura debería realzarse en casa, donde siempre se pisa más el área rival, pero la febril posesión del Andorra puede invitar a un registro de atacantes más versátiles, capaces de morder arriba y de replegarse sin balón. Ahí Simeone y Mollejo parecen intocables, Vada -pese a no destacar en ninguno de los dos registros- sabemos que lo es, mientras Larra -si finalmente Gámez es titular- y Puche se disputan con el senegales esa última plaza en el once. En el Andorra, lo hará Marc Aguado, recuperado de un edema en el tobillo y máximo aliciente para La Romareda de un rival que ha causado impacto por su filosofía aplicada en este arranque de temporada. Eder Sarabia anuncia rotaciones. El veterano Carlos Martínez viene de celebrar tres goles ante la Ponferradina, Bundu y Albanis amenazan desde el extremo, Bover ilumina los pasillos interiores, Jandro Orellana destaca cuando Marc no juega y Adria -hijo de Tito Vilanova- lidera la defensa de un proyecto deportivo que Gerard Piqué sueña pronto en Primera División. Hay partidos que, si los ganas, te permiten cambiar de orilla y dejar atrás la zozobra y el vértigo del puente colgante.

Acércate al partido con nuestros Directos más recientes en TWITCH

Deja un comentario

Scroll al inicio