
Pablo Díaz Stalla

REAL ZARAGOZA 98-04. CAMPEÓN Copas Rey 01- 04
UN MOMENTO DELICADO
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Un cambio de sistema que no me pareció mala idea, a priori…
Amaneció el nuevo año con un cambio de sistema imprevisto en la pizarra del Real Zaragoza. Una decisión de este calado, en especial en un entrenador tan poco dado a ello como JIM, puede ser motivado por haber detectado diferentes situaciones: bajas puntuales de futbolistas principales, que dificulta confeccionar una alineación con el dibujo habitual; fortalecer el sistema defensivo por estar encajando muchos goles, o el sistema ofensivo tras una serie de partidos sin conseguir marcar; por la forma de jugar el rival y hasta por un tema motivacional, buscando un cambio que genere una reacción profunda. He de reconocer que a mí, antes del partido, no me disgustaba la propuesta. Soy de los que piensa que los sistemas pueden ser todos válidos, teniendo los futbolistas adecuados para desarrollarlos. Con tres centrales, podríamos ganar seguridad en las contras tras pérdida que tanto daño nos hacen y tendríamos la opción de llegar con más efectivos al área rival. Tras ver -sufrir- el encuentro, es obvio que no se consiguió nada de lo que podía buscar el entrenador, ni en el fondo ni en la forma.
Apenas 13 minutos para regresar a finales de 2021.
El aterrizaje del Real Zaragoza en el encuentro parecía dar la razón a mis sensaciones previas. Queriendo llevar el peso del juego, combinando y acumulando jugadores en campo contrario; sin crear peligro, eso sí, como casi siempre, por no acertar en el último pase o por precipitarlo y abortar así varios ataques. Pero en el supersticioso minuto 13 volvimos a finales del año 2021: a ese equipo frágil que, a la primera y mínima amenaza ofensiva del rival, se declara vulnerable y no encuentra la manera de resistir. Un pase cortado en salida de balón en campo propio se convierte, otra vez, en gol del equipo rival. Ponernos por debajo en el marcador no tendría que haber sido definitivo, como nos ocurrió durante buena parte de la primera vuelta -últimamente, ya no-, pero la incomprensible y fuera de lugar acción protagonizada por Vada sí lo fue. Desde su merecidísima expulsión, el Real Zaragoza nunca dio la sensación de poder remontar, ni siquiera de ser capaz de igualar el resultado. Vada se dio cuenta de su error rápidamente y ha pedido perdón, cosa que le honra, pero su reacción fue desmedida, impropia de un deportista -profesional o no- y no puede admitirse. Que sirva de aprendizaje para Vada y para todos: ya nos cuesta ganar en igualdad, como para ir regalando expulsiones.

La (no) reacción de JIM en el descanso tras la roja a Vada
Una vez quedas en inferioridad numérica, como entrenador, se te plantea siempre el mismo cruce de caminos: realizar algún cambio para afrontar la nueva situación o adaptarte a ella reubicando a los jugadores que ya tienes en el campo. JIM optó por la segunda nada más producirse la expulsión de Vada, quizá por no querer gastar cambios ni ventanas y pensando que los jugadores que estaban en el campo estaban todavía frescos y el equipo quedaba compensado con los ajustes: pasar a un 441, con Narváez y Gámez ocupando las bandas del mediocampo. Sí me resultó más extraño que no realizara ningún relevo tras el descanso… Era evidente que el equipo estaba a merced del rival. Hay situaciones del fútbol de hoy que no me tocó vivir como profesional: el video arbitraje -algún día hablaremos de él- y la posibilidad de realizar hasta cinco cambios durante el partido. La gestión de este último nuevo recurso me resulta incomprensible muchas veces. No entiendo cómo no aprovechas la posibilidad que te ofrece ahora el reglamento para agitar antes y con más carga de dinamita el tablero. En mi época, si ibas por detrás en el marcador y tardabas hasta el minuto 80 en sacar al último delantero que te quedaba en el banquillo, se te tiraban todos al cuello. Ahora sueles esperar al 90 o más allá, sin sentido aparente, porque apenas le vas a dar tiempo de entrar mínimamente en juego.
La transparencia de Borja y un cruce de caminos poco señalizado
Sin ser esto lo sucedido exactamente en Miranda, sí creo que no se utilizaron bien los tiempos en las sustituciones, desaprovechando minutos de algún jugador que lleva ya tiempo avisando con su nivel que quiere -y debe- jugar muchos más minutos: me refiero a Borja Sainz, por ejemplo. Tanto el sistema empleado el domingo, como la situación generada con la expulsión -además de su momento de forma, por supuesto-, parecían pedir su presencia inmediata en el campo. La igualdad existente en la categoría y la poca fe con la que parecemos afrontar el mercado invernal nos coloca en un cruce de caminos poco señalizado, casi equidistante entre los puestos que permiten promocionar y los que desembocan en el infierno. Más allá de la clasificación -sin olvidarnos de ella, por supuesto-, el momento es delicado: llevamos tres partidos consecutivos perdidos, siendo inferiores al rival y sin ser capaces de marcar un gol. Queda mucho aún, para disfrutar o sufrir, y es necesario un reseteo que el Real Zaragoza no ha logrado hacer en Navidad como hubiéramos deseado. Recordemos imágenes que refuerzan las convicciones heridas y nos ayudan a recuperar la identidad. Inspirémonos en el partido contra el Eibar y que nos sirva a todos como el faro a seguir. A todos menos a la afición, que no lo necesita: siempre está en su sitio y en Anduva volvió a enorgullecernos con su ejemplo.

Muy interesante la tribuna.
Coincido en todo, el sistema no tiene nada de malo a priori pero los jugadores no lo interpretan bien o no saben. Jim tampoco acierta en ponerlo en práctica el día que te falta un hombre específico como Chavarría y no elige bien los jugadores. Ese sistema pide a gritos un mediapunta con peligro como Adrián y dos puntas.
Respecto a Vada poco que añadir. Impresentable.
A la plantilla le faltan muchas pero echo en falta jugadores con carácter, verdaderos líderes que se puedan sentar con Vada el lunes y, ya en frío, le lean la cartilla bien leída. En la época de Pablo los había y antes también. Recuerdo aquella acción del Kily en San Mamés y la posterior reprimends de capitanes y club que él mismo contó en una entrevista… ahora en la plantilla no hay ese tipo de jugador y en la directiva menos aún.
Hola, Borja!
Gracias por el comentario. Se lo transmito a Pablo.
Totalmente de acuerdo en tu análisis táctico. No tiene sentido jugar con ese sistema en esta plantilla, sino lo rematas con un doble pivote, una mediapunta y dos delanteros.
La sociedad ha cambiado, a veces para bien, y muchos de los códigos colectivos de antes se han perdido. Yo también echo de menos esas personalidades valientes y aglutinadoras
Abrazo grande
«… Hay situaciones del fútbol de hoy que no me tocó vivir como profesional: el video arbitraje -algún día hablaremos de él- y la posibilidad de realizar hasta cinco cambios durante el partido.
La gestión de este último nuevo recurso me resulta incomprensible muchas veces. No entiendo cómo no aprovechas la posibilidad que te ofrece ahora el reglamento para agitar antes y con más carga de dinamita el tablero.
En mi época, si ibas por detrás en el marcador y tardabas hasta el minuto 80 en sacar al último delantero que te quedaba en el banquillo, se te tiraban todos al cuello.
Ahora sueles esperar al 90 o más allá, sin sentido aparente, porque apenas le vas a dar tiempo de entrar mínimamente en juego…»
Lo pensamos los aficionados y lo declara un ex-profesional.
Estaría bien que algún entrenador actual desvelara el misterio, por ejemplo el del RZ. Claro es que, para ello, alguien debería preguntárselo.
Igual es que tienen unas entendederas superiores, y podrían iluminarnos.