Al fútbol se juega ya a cualquier hora y, eso sí, hay que intentar ganar en alguna. El Real Zaragoza se ha aplicado un torniquete en área propia, básico para no desangrarse en el camino hacia la permanencia, pero necesita volver a ganar -y a marcar, claro- para dejar de avanzar reptando, punto a punto. Sumar siempre es bienvenido en casa del pobre, aunque no hay primavera sin resurrección en la zona de descenso y, con el empate del Oviedo del viernes, vivimos en primera línea de precipicio. Urge ganar antes de que lo comience a hacer cualquiera de los cuatro de abajo: a falta de lo que pueda hacer hoy la Ponfe en Granada, ayer empataron los otros tres en compromisos muy exigentes, demostrando que ninguno está para ser enterrado antes de tiempo. Habrá que vencer sin Francho -gripe- y ante un Leganés que nos tiene cogidas todas las medidas: cinco de cinco derrotas desde su último descenso.