REAL ZARAGOZA 1 – 1 LAS PALMAS. NI EL MÁS RÁPIDO DEL OESTE DERROTA AL REAL ZARAGOZA

NI EL MÁS RÁPIDO DEL OESTE DERROTA AL REAL ZARAGOZA

A Milla Alvéndiz se le acumuló la soberbia y dinamitó los minutos finales con una expulsión a Cristian que rozó el abuso de autoridad. Bebé abrió el marcador y Viera igualó de penalti. Simeone se lesionó la rodilla. Décima jornada sin perder

🐾 Javi Hernández (@SepiaHdez)

📷 Daniel Marzo (@DMarzoFoto)

Milla Alvéndiz se empeñó en los minutos finales en ser la foto de la crónica… y lo consiguió. Empezó la tarde como árbitro y la concluyó como pistolero, demostrando que puedes pasar de juez a justiciero en apenas hora y media. Se obstinó en que el Real Zaragoza querría perder tiempo a partir del gol de Bebé y él estaba allí para impedirlo, rozando primeros ridículos como apurar a Azón mientras se retiraba del campo cuando Las Palmas estaba haciendo una doble sustitución simultáneamente y sus jugadores salieron después que el jugador aragonés… A Cristian ya llevaba algún saque de puerta poniéndole ojitos, con ese brillo en la mirada de quienes creen que el orden universal depende de su pito -aquí la acepción no es sinónimo de silbato-, y terminó expulsándolo sin apenas necesidad en el minuto 95.

Digamos que Cristian le aplaudió después de ver la primera amarilla por una muy leve pérdida de tiempo, de la que es posible que fuera más responsable Lluís López. Pero Alvéndiz estaba empeñado en amonestar al argentino. Se desconoce por qué. Quizá porque los cazadores suelen tener sus presas fetiches. Eran tan obvio que el propio Álvarez, en un exceso impropio de su dominio de cada situación, le dedicó tres aplausos discretos, bajitos, casi susurros. Tuvieron más de felicitación por haber encontrado lo que buscaba que de desprecio público. Para entonces Alvendiz ya estaba a una milla de su sano juicio y pudiendo mirar a otro lado, prefirió abusar de su autoridad y volver a desenfundar como sólo los más rápidos del oeste saben. Expulsado. El colombiano Fuentes, recién entrado en el choque, terminó el partido bajo palos.

El Real Zaragoza llegó a los diez minutos finales pensando que podía ganar un partido que abriría las puertas de la cofradía de nuevo y lo terminó salvando un punto, consciente de que la próxima visita a Oviedo -rival directo en una más razonable lucha por la octava plaza- le va a tocar negociarla con una notable reducción de potencial. No sólo será baja el rosarino, quien firmó varias paradas soberbias ante los canarios, sino que es muy improbable que pueda estar Simeone, quien apenas firmó un cuarto de hora sobre el terreno de juego debido a una lesión de rodilla.

Un balón en largo de Azón midió a Coco con Simeone en una fulgurante carrera. Ambos llegaron al mismo tiempo y en el cuerpo contra cuerpo la rodilla izquierda de Giuliano pareció sufrir un apoyo algo desajustado. No se espera que sea demasiado, incluso el propio futbolista intentó continuar tras ser atendido por los servicios médicos, pero muy sonrientes han de ser las pruebas a las que se someta en las próximas horas para que el Cholito pueda volver a jugar esta temporada con el conjunto aragonés.

Escribá pasó de repetir alineación por cuarta jornada consecutiva a dar entrada a Puche por el argentino. El fútbol sigue empeñado en que Simeone y Azón apenas jueguen juntos y ahí el Real Zaragoza pierde sus superpoderes. El equipo sintió la ausencia del argentino, pese a que Puche firmó un encuentro descomunal sin balón, pero el Las Palmas se supo menos amenazado a su espalda sin Giuliano en el campo y aceitó su maquinaria asociativa en campo rival. Pejiño, Moleiro y Viera eran tres poetas que no lograban ponerle la rima final a ningún soneto.

Bebé dio el primer aviso todavía con el Cholito en el terreno de juego, pero fue Bermejo -el zaragocista más clarividente del partido- quien lideró el derecho de réplica local, tratando de conectar con sus delanteros. Incluso disparó en dos ocasiones, exigiendo al portero rival sólo en una de ellas. Sandro tuvo un partido complicado, con Jair acompañándole a cualquier esquina del campo. Al filo del descanso se las arregló para cruzar un disparo enroscado a la escuadra contraria y Cristian le negó el gol con uno de los vuelos de la temporada.

Francho y Grau dieron una zancada adelante en la segunda parte y el conjunto aragonés salió del descanso compitiéndole la posesión a su poderoso rival. Serrano, en su partido centenario, le madrugó un balón a Mfulu, condujo con la veloz prestancia que le caracteriza y su centro tenso al primer palo estuvo a medio centímetro de ser rematado a gol por Azón. El Real Zaragoza se había sacudido el dominio canario del final de la primera mitad y Bermejo era una luz creativa permanente.

Una pared con Gámez en campo propio propició la conducción y el cambio de juego de éste sobre la hora de partido. Lemos se resbala y Bebé le deja atrás para encarar a Vallés y superarle con un zurdazo inapelable. Uno a cero con media hora por delante y las calculadoras de los sueños felices volvían a encenderse. ¿Resistiría el Real Zaragoza la media hora final con todo el arsenal que guardaba su oponente en el banquillo? García tiró de pimienta y dio entrada al veteranísimo Sidnei por el amonestado Álex Suárez y al eléctrico Marvin por Mfulu, pasando a un 4141, con Pejiño en banda izquierda y con Viera y Moleiro por detrás del punta.

Azón rozó el dos a cero con un gran disparo desde la frontal que Vallés envió a córner en la segunda mejor parada de la tarde. El mediocampo local estaba en inferioridad, pero los mecanismos de solidaridad del conjunto aragonés tapaban casi todas las vías de agua y permitían algún contraataque con suficiente veneno. Lejos de reforzar la zona central, Escribá ocupó la segunda ventana de cambios apenas con Gueye -por un agotado y poco fluido Azón-. El senegalés tuvo alguna maniobra de mérito sobre la línea de banda, pero desesperó fallando el control más sencilllo -en un pase profundo desde la izquierda-, que le hubiera permitido encarar el arco rival.

Como en Ipurúa, el triunfo se escapó justo antes de un triple cambio ya preparado por Escribá. E igual que en Eibar, ocurrió sin apenas aviso previo. Nadie, ni siquiera los jugadores, advirtieron que Nieto había anticipado con el brazo derecho un balón que buscaba a Moleiro dentro del área. El VAR tardó más de dos minutos en decidirse a llamar al árbitro y la indignación electrificó la grada. Viera anotó la pena máxima por el centro y Bebé desperdició una falta muy favorable justo antes de ser sustituido por Fuentes. Zapater y Vada entraron en la misma ventana, por Grau y Bermejo. El colombiano fue amonestado nada más salir y Gámez también vio la amarilla en un final de frenopático. El pistolero Alvendiz tenía balas para todos. Él lo vale. O eso piensa. Pero ni el más rápido y soberbio del oeste pudo derrotar a un Real Zaragoza, que acumula diez jornadas sin perder y confía en que por este camino -quizá la próxima temporada- lo mejor sí esté por llegar.

REAL ZARAGOZA: Cristian Álvarez; Gámez, Lluís López, Jair, Nieto; Grau (Zapater, 85), Francho; Bermejo (Vada, 85), Bebé (Fuentes, 85); Simeone (Puche, 16) y Azón (Gueye, 72).

LAS PALMAS: Valles; Lemos, Coco, Clemente (Kirian, 72), Suárez (Sidnei, 64) (Marc Cardona, 83); Mfulu (Marvin, 64); Pejiño (Loren, 72), Loiodice, Jonathan Viera, Moleiro; y Sandro.

ÁRBITRO: Milla Alvendiz (Comité Andaluz). Expulsó a Cristian Álvarez por doble amarilla en el 95. Amonestó a Suárez (40), Grau (75), Fuentes (86) y Gámez (89).

GOLES: 1-0, min. 57: Bebé. 1-1, min. 83: Jonathan Viera, de penalti.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la trigésimo octava jornada de Liga, disputado en La Romareda. 19.000 espectadores

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