

LA ROMAREDA SE DECLARA CREYENTE
El Real Zaragoza duerme ya a cuatro puntos del sexto, al imponerse al gigante Almería, tras una primera parte de cuarto milenio. Cristian detuvo un penalti clave, Francho celebró un regalo y Azón avivó su romance con la grada

🐾 Javier Hernández (@SepiaHdez)
Alfonso Reyes (@Futbolgrafo)
No vuelvan a ver repetida la primera parte, no vaya a ser que no ocurra exactamente lo mismo y se termine complicando un triunfo soñado, que supone alejar casi cualquier temor por descender y que permite dormir un par de noches a sólo cuatro puntos del sexto. Tanta risa con la pomada y nos la vamos a tener que aplicar en los párpados, por frotarnos tanto los ojos durante 90 minutos. ¡Qué bendita locura de primer tiempo! Es imposible que sucedan más sobresaltos y que todos acaben dándote un abrazo con tu compañero de localidad… Al fútbol se juega y, como juego que es, el azar interviene. A veces, como anoche o como durante muchos partidos de la primera vuelta, de manera decisiva: ahora a favor, antes en contra. Por supuesto, ni siquiera en episodios tan excesivos como éste, la fortuna lo explica todo. Pero pretender razonar un juego sin incluir este ingrediente en la coctelera es dejarte a medias su receta.

Un penalti detenido por Cristian, tras revisión algo incompleta del VAR; un gol en contra anulado por el mismo videoarbitraje, que comenzó escrutando un posible fuera de banda y terminó encontrando un desapercibido fuera de juego… Un gol de Francho, quizá en el peor golpeo del balón del canterano de la temporada, gracias a un portero rival que demostró tener menos manos que este cronista… Un larguero de Sousa y un poste de Portillo. El Real Zaragoza también las tuvo, claro, pero al descanso se llegó con la doble sensación de haber sobrevivido a una tormenta en alta mar y de que la segunda mitad sería también durísima. Nada que ver. Apenas unos minutos de apuro tras los primeros cambios de JIM, pero Azón volvió a salir para prolongar su romance con la afición. Bienvenidos al momento del Real Zaragoza esta temporada y bienvenidos al momento de Iván Azón. Ojalá ambos duren hasta la segunda quincena de junio.

¿Eres abonado a leonsepia.com y no ves la crónica completa? No olvides estar logueado en la web, con tu usuario y contraseña, para poder leerla. Si no lo eres, puedes abonarte AQUÍ.
El Juego del Sepia acudió puntual a su cita con el error único y Francho siguió como titular en detrimento del ya recuperado Petrovic. En su descargo diremos que en todo momento fue muy consciente de que ahí podía estar el error, ya que el trío de centrocampistas centrales rindió a un nivel más que alto en Gijón. Apenas había dado tiempo de acomodarse, cuando Chavarría -impecable por lo demás durante toda la noche-, habilitó a Sadiq, en un pase interior filtrado por Sousa, y Cristian terminó derribando al interminable delantero nigeriano. O eso creyó el árbitro, que además amonestó al argentino, porque la repetición siempre animó a pensar que Álvarez tocó más pelota que otra cosa.

El asistente levantó la bandera, creyendo que Sadiq había arrancado en fuera de juego, y ahí ingresamos diez minutos en un psiquiátrico colectivo… La repetición pronto demostró que Chavarría habilitaba al nueve, pero se confiaba en que Trujillo Suárez iba a ser requerido para revisar la acción de Cristian en el monitor… Nada. Dyego Sousa se dispuso a tirarlo y el rosarino le negó el gol con la pierna en primera instancia. El rechace parecía darle toda la ventaja al delantero, pero una jauría de pirañas defensivas terminó sofocando el peligro y Lluis López despejó, con criterio, hacia la banda.

Cuando el balón estaba a media vuelta de circunferencia de salir por el lateral, Narváez -muy incisivo en ataque durante todo el choque- sufrió una desorientación transitoria y sintió que era buena idea evitar que saliera… y dejársela así en bandeja a un rival para que volviera a centrar, mientras el área aragonesa todavía se recomponía. El centro encontró adelantado a Sousa, por milímetro y medio -aunque ni siquiera se sospechó hasta varios minutos después, en la revisión del VAR-, mientras Sadiq terminaba empujando a gol en el segundo palo una pelota que Narváez nunca debió evitar que saliera.

El golpe se sentía, porque el Real Zaragoza había salido sin complejos y daba la impresión de que podía tener sus opciones en el partido… si éste no se torcía. El árbitro no terminaba de permitir el saque de centro, hacía referencia a que se estaba revisando un posible fuera de banda -en la decisión incomprensible del colombiano- y terminó decretando fuera de juego de Sousa. Seguía el empate a cero inicial, aunque la grada lo celebró como un gol a favor. Lo fue. Y hubo otro, el primero, apenas dos minutos más tarde, cuando la banda derecha aragonesa gestiona con rapidez un saque de banda y Francho aprovecha el espacio para progresar hasta el pico del área rival.

Existía la duda de si iba a disparar o a centrar… y nunca terminó de aclararla. El caso es que la pelota parecía llegar mansa a las manos de Fernando, pero esas manos de Fernando se declararon en huelga en el momento más inoportuno para él: se le resbaló entre las piernas y terminó entrando de un modo algo ridículo, para adelantar al conjunto aragonés y volver a permitir los cotillones en La Romareda. La fiesta comenzaba a no tener precedentes y cada balón que se acercó de nuevo al guardameta visitante fue coreado con sorna impiadosa.

Ahí emergió la figura de Grau, de nuevo imponente en el corte y como lanzadera al espacio de unas puntas –Sabin y Narváez-, que se pasaron toda la primera parte ganando espaldas y castigando la inseguridad defensiva del Almería cada vez que sus centrales debían correr hacia atrás: Ni Martos -lateral izquierdo- ni De la Hoz -pivote- lo son y se les notó desde el inicio. Grau volvió a dominar la escena la noche en la que hasta los más cafeteros pudieron comprobar que hay vida más allá de Eguaras. El navarro -quien en su primera entrevista en Almería a un medio aragonés previó que a su ex equipo apenas le iba a dar para salvarse, porque no tenía gol- dejó algún destello, firmó varios errores no forzados en la entrega impropios e -igual que su compañero Samu Costa- nunca gobernó el encuentro.

Narváez, rápido y ganador como nunca esta temporada al espacio, madruga posición y balón a un poroso Akieme para disparar con casi todo a favor, ante el desesperado achique de Fernando. El balón rozó el palo izquierdo… Justo antes Sousa volvió a perdonar, esta vez con un golpeo liftado al larguero; y poco después, Portillo encontró el poste izquierdo de Cristian, en un muy buen intento de rosca con su talentosa bota derecha. Tras un añadido de cuatro minutos, más propio de una segunda mitad, el zaragocismo llegó al descanso hiperventilando ilusión y felicidad.

Rubí aprovechó la desgraciada lesión de rodilla de Martos, al inicio de la segunda mitad, para hacer un doble cambio que reactivara a su equipo; pero el Almería salió del descanso sin metabolizar todo el infortunio que masticó durante la primera. Lo cierto es que sus mejores minutos en la reanudación -no llegaron a diez- coincidieron con la primera ventana de cambios de JIM, hasta que pudo repararlo con la segunda. Se esperaba que Azón y Petrovic sustituyeran a Sabin y a Eugeni. Dos de cuatro. Azón entró y Eugeni salió, pero hubo dos actores inesperados: Narváez y Puche. El colombiano, al que le han sobrado minutos sin talento durante buena parte de la temporada, abandonaba un partido en el que era un azote para la defensa rival y cuando estaba en la discusión por ser el mejor del encuentro en ese momento. Puche ingresó, no para jugar en banda izquierda al principio -su mejor posición-, sino para fatigar la derecha y reubicar a un ya fundido Sabin por izquierda, cuando el Almería había reunido por ahí a dos demonios: Pozo y Ramazzani.

JIM supo corregirse antes de que fuera demasiado tarde: Petrovic por Sabin, Puche a la izquierda y Bermejo en derecha. Ahí se colapsó el Almería y ahí comenzó el huracán Azón. Hacía apenas unos segundos que había anticipado a Babic -y rematado alto, en posición forzada-, reclamando una falta del balcánico, que fue supersónicamente revisada en el VAR porque, en caso de haberse decretado infracción, al ser último defensor y tratarse de un avance prometedor, el defensa hubiera sido expulsado. No hizo falta. Cristian se jugó el físico para anticipar un remate de Sadiq, en posición adelantada. En cuanto se recuperó el argentino, Puche dejó sólo a Azón ante Fernando y el canterano demostró que su definición está todavía en proceso de pulirse.

Azón es noble, valiente y optimista. Ningún error le reduce, ni le pide alquiler en su cabeza. Siempre cree que la siguiente jugada supondrá una ocasión y que la siguiente ocasión significará un gol. Así fue. En el saque de esquina posterior, Francés cabecea, el balón queda muerto tras rebotar en un defensa e Iván se adelanta a todos, para cerrar el partido y lograr que La Romareda volviera a corear el nombre de un león mucho tiempo después. Francés y Lluis López se agigantaron aún más en los minutos finales y Sadiq apenas pudo marcar en claro fuera de juego. Nieto entró por Bermejo para, en lugar de con un doble lateral, cerrar con un innecesario trío de centrales y el Real Zaragoza abrochó un triunfo de ley… tras una primera mitad de cuarto milenio. Dormimos donde soñamos durante toda la semana: a cuatro puntos del sexto. Crean en estos chicos. Quizá nos lleven más lejos de lo que nadie imaginó.

REAL ZARAGOZA. Cristian Álvarez; Gámez, Francés, Lluís López, Chavarría; Grau, Francho, Eugeni (Azón, 67); Bermejo (Nieto, 87), Narváez (Puche, 67); y Sabin Merino (Petrovic, 75).
ALMERÍA. Fernando; Pozo, De la Hoz, Martos (Babic, 56), Akieme; Eguaras, Samu Costa (Curro, 67); Arnau Puigmal (Lazo, 67), Dyego Sousa (Ramazani, 56) Portillo (Villar, 81); y Sadiq.
ÁRBITRO: Trujillo Suárez (Comité Tinerfeño). Amonestó a Cristian Álvarez.
GOLES: 1-0, min.13: Francho. 2-0, min. 78: Azón.
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la trigésima jornada de Liga, disputado en La Romareda. 14.500 espectadores.


No puedo dormir. Me ha sonado el WhatsApp con el aviso de la publicación de tu crónica del partido y me ha encantado revivir las emociones del partido, las alegrías, los sobresaltos y las consultas al VAR como quien espera la sorpresa en el truco del mago… o la intuye.
El equipo, como las plantas, crece cuando se le riega, abona y cuida… cuando «perjuicios» pululan fuera del verde y del vestuario, cada uno a su negociado, el que sabe a lo que sabe, y el que no, por lo menos, que no la cag… fastidie.
Cincomarzada zaragocista. ¡Menuda fiesta!
Las galopadas de Sabin en la primera parte (mientras tuvo fuelle, que se agota más rápido en la condena a la soledad en un sistema con obvias preferencias defensivas sobre las ofensivas, y más ante un rival que, pese a las bajas dispone de abundante arsenal ofensivo) necesitaban un compañero de aventura ofensiva con capacidad de desmarque y remate, sin olvidar la velocidad adecuada a la de Sabin… tal vez en próximos partidos podamos ver esa variante, sin echar a perder las mejoras mostradas por el bloque, y tener capacidad de recambio y de respuesta en el banquillo, al poder contar con 5 ó 6 jugadores utilizables sin tener que hacer apuestas arriesgadas o imaginativas, en función de lo que el partido requiera.
Y si la suerte se alía con nosotros en los momentos en que es más necesaria (porque el esfuerzo realizado le telegrafía rogando su presencia) se digna a «sumarse a la fiesta»… la confianza del equipo y la afición que se identifica con él, fomentan la fe, la unidad y el logro de metas partido a partido… quedan otros 12.
¡Enhorabuena zaragocistas!
P.D.: Excelente crónica, Javi
A ver si el CEO de Orlegi aclara con qué Fernando de Yarza negocia (el tío o el sobrino).
¡Y qué decir de las fotografías de Alfonso!
A la espera de su sección, con una selección que puede ser complicada, por todo lo acontecido.
La semana pasada, por Twitter, os comenté lo de la «tontuna» de llegar al play off, ascender y dejar a la nueva propiedad un equipo en 1a. Me contestasteis, y soy consciente que es lo principal, que lo primero era llegar a los 50 puntos… Pues sigo con la «tontuna en la cabeza… Si algo tenemos los zaragocistas es ilusión.
El partido de ayer me recuerda, salvando las distancias, al de la Recopa. Incluso el gol de Francho tiene algo del surrealismo del de Nayim. El equipo demostró fe, trabajo, juego y en los minutos finales ese «oficio» que en otros encuentros echábamos a faltar. Como diría un mandaloriano «Ese es el camino».
Para acabar ¿Quién nos dice que un equipo capaz de batir récords de no marcar, de partidos empatados no es capaz de batir el de victorias seguidas? El tiempo lo dirá…
Mente fría. ¡Ahora a por los 50 puntos!
Dicen que la suerte es esquiva. Yo pienso que es caprichosa y bacilona.
Como siempre, gran crónica y análisis.
Quedamos el lunes en Twitch (A ver si coincidimos por Ariza y nos tomamos algo).
Desde luego el Var y los Real Zaragoza-Almería son una conexión segura. Si el año pasado el tobillo de un atacante almeriense nos libraba de un golazo en contra de los visitantes que significaba el 1-2, este año era el tobillo de Chavarría el que posibilitaba el penalti en contra al habilitar a Sadiq.
No obstante y como se recalcaba por tu parte Javi y de un participante del chat en Twitch (que me perdone pero no recuerdo quien fue), le hemos ganado a un todopoderoso Almería, jugando un buen partido de fútbol, en el que hemos sido contundentes en área contraria y hemos sabido guardar, no sin apuros como por otro lado era previsible, la propia y hemos dormido a 4 puntos del Play off, y OJO CON ESTE EQUIPO.
Queda lo mollar de la liga, y es en este tramo donde se deciden las posiciones finales, y hoy por hoy, tenemos la salvación a tiro de piedra (creo que este año salvo sorpresa estará en los 46 puntos) y es momento más que nunca de no fijar objetivos más allá del próximo partido del viernes 11 en La Romareda.
Optimista, si, pero realista a la vez, las rachas hay que saber aprovecharlas, y en este momento nuestra flecha marca tendencia ascendente, pero esas sensaciones deben ser refrendadas de forma simeonesca, y el famoso “partido a partido” o lo que viene siendo el cuento de la lechera debe de ser el live motive de este equipo, pero eso si, nunca dejar de soñar
«No vuelvan a ver repetida la primera parte, no vaya a ser que no ocurra exactamente lo mismo y se termine complicando un triunfo soñado».
El gran Javier Tomeo repetía algo parecido cuando visionaba el video de la final de la Recopa en el cambio de García Sanjuán con el cartel equivocado del 5 alzado en brazos del asistente arbitral… «no, que no… al 5 no lo quites que va a marcar ahora…» con la fe del niño que llevaba dentro confundiendo aún fantasía con realidad.
Lo cuentan, con gracia, algunos amigos suyos.