EIBAR 1 – 1 REAL ZARAGOZA. Que nadie se despida todavía

QUE NADIE SE DESPIDA TODAVÍA

Una desconexión de Bermejo, cuando el Eibar parecía rendirse con uno menos, impidió al Real Zaragoza asaltar la casa del líder y acostarse convencido del milagro. Jair marcó al filo del descanso. Novena jornada sin perder. La cofradía no cierra

🐾Javi Hernández (@SepiaHdez)

📷 Archivo Alfonso Reyes (@Futbolgrafo) y Daniel Marzo (@DMarzoFoto)

Cuánto habrán cambiado las cosas en apenas unas semanas para que empatar en casa del líder y estirar a nueve la racha de partidos sin perder sepa a poco. Sentir que tenías el triunfo en la mano, tras el gol de Jair al filo del descanso y la roja a Vadillo mediada la segunda parte, explica la amargura. Que el Eibar encontrara el empate tras una desatención defensiva de Bermejo, en una jugada que ya parecía sofocada por Gámez, inflama la sensación. Hay decepción por lo que pudo ser y hay orgullo por lo que está siendo. Es posible que la reacción haya llegado algún mes tarde, pero quien lo intenta hasta el final sólo puede ser aplaudido. Como así ocurrió en una despedida sobre el césped emocionante. Sigamos creyendo mientras el equipo no deje de hacerlo y trate de ganar los cinco partidos que le quedan. Obliguemos al sexto a sumar más de 63 puntos. La cofradía no cierra.

La puesta en escena visitante fue propia del conjunto más en forma de la categoría y resumió la convicción que ha conseguido construirse desde la dura derrota en Málaga. Impulsados por la esquina de uno de los fondos de Ipurúa, donde casi medio millar de creyentes zaragocistas se desgarraban la garganta, Simeone le propuso una primera carrera al central Venancio y su pase de la muerte no fue rematado por Azón porque un defensa lo envió a córner con indisimulado apuro. Dos saques de esquina consecutivos confirmaron que no se había ido a Eibar a resistir.

Escribá insistió con la misma alineación que celebró los dos últimos triunfos, ante el Granada y el Racing. El Juego del Sepia era consciente de que estaba forzando un error en la previa, apostando por Zapater en lugar de Grau. Sabe que la victoria siempre está más cerca cuando acierta diez de los once titulares. La cábala estuvo cerca de salir… Garitano, por su parte, sorprendió situando al mediocentro -en ocasiones, incluso central-Sergio Álvarez como lateral derecho en detrimento de Tejero.

Se entiende poco lo que pretendió el técnico del Eibar con esa decisión, más allá de considerar que Álvarez podía anular mejor la amenaza ofensiva de Bebé. El líder se ajustaba al ataque zaragocista, ésta no la vimos venir por más que el caboverdiano jugó en Ipurúa y podía temerse la cuña de su madera. Con un lateral diestro sin recorrido ofensivo y Arbilla en el otro, el Eibar limitó su vuelo por fuera, por donde acostumbra a alimentar a sus delanteros. Corpas se las arregló para ir creciendo en el encuentro y comprometer a un Nieto más permeable que en encuentros anteriores.

Las buenas sensaciones iniciales se fueron diluyendo conforme el Eibar se adueñaba del mediocampo y el Zaragoza comenzaba a achicar el agua de la cubierta. Nieto mandaba de cabeza a córner un potente disparo de Matheus, Cristian le negaba otro gol al brasileño con una solvente palomita y Gámez -quien ya había sido amonestado por atropellar a Rahmani tratando de anticipar- envió a córner en el segundo palo un centro raso de Corpas, que era un regalo y al que no llegó Bautista por décimas de segundo.

Se estaba sufriendo para llegar al descanso con la portería a cero y, de repente, un robo de Francho en la salida de balón del Eibar conecta con Bermejo y éste espera la incorporación de Gámez, cuyo centro termina en córner. Lo saca Bebé, la pelota le termina volviendo en una situación dudosa en directo -Rahmani parecía romper el fuera de juego en la repetición-, se va de su marca en una maniobra de nivel superior y entra en el área, remontando la línea de fondo, para terminar disparando. Zidane rechaza y Jair, desde el suelo, remata con el pie derecho para marcar su tercer gol de la temporada.

¿Cómo no se va a creer cuando el fútbol insiste en tirarte paredes? No sólo se había resistido el empuje de un Eibar liderado por Corpas, sino que se llegaba al descanso logrando lo que siempre es más difícil: adelantarse en el marcador. Garitano deshizo el experimento y metió a Tejero por Álvarez y a Vadillo por Rahmani. Francho, algo invisible en la primera mitad, comenzó a crecer en el encuentro y el Real Zaragoza pareció vivir con más desahogo el incio de la segunda mitad.

La sociedad Tejero-Corpas empezaba a funcionar -como habíamos temido antes del partido- y sólo la falta de claridad del andaluz hizo posible que los minutos avanzaran y el conjunto aragonés siguiese ganando. Cuando mejor volvía a estar el Eibar, Vadillo fue a por un balón con la plancha por delante y terminó encontrando la espinilla de Simeone. Caparrós Hernández le mostró cartulina amarilla, pero el VAR le invitó a revisarla y cambió su decisión a roja directa. No podía ponerse todo mejor: el 3% se disparaba en bolsa.

El Eibar entró en parada y pareció rendirse. Garitano no reaccionaba y tanto Azón como Simeone rondaron un 0-2 que hubiera sido jaque mate. Ríos Reina, quien acababa de salir por Berrocal para dar también algo de profundidad a su banda izquierda, le madrugó a Bermejo un despeje incompleto de Gámez, puso un centro tenso al segundo palo y ahí apareció Tejero -con Bebé a su espalda- para batir a Cristian por debajo de las piernas. Quien nos salvó -junto al rosarino- de milagro en Fuenlabrada hace dos temporadas enfriaba otro -feliz, en este caso- con este empate.

Pudo ser peor. A falta de cinco minutos, el árbitro entendió como penalti un cruce de Bermejo con Arana dentro del área. La repetición resultaba algo más fronteriza que la sensación en directo de que el zaragocista llegaba antes. Por suerte, el VAR volvió a rectificar al colegiado y fue el Real Zaragoza quien terminó más cerca del segundo: con un disparo de zurda de Bermejo, tras una buena maniobra de Gueye -quien entró, nada más empatar Tejero, junto a Zapater y Vada-, y con un derechazo de Puche que rozó la escuadra. La novena se quedó sin ser una sinfonía, pero este equipo no pierde con nadie y si gana todo lo que queda, puede llegar al sexto. Que nadie se despida de la cofradía todavía.

EIBAR: Luca Zidane; Sergio Álvarez (Tejero, 46), Berrocal (Ríos Reina, 76), Venancio, Arbilla; Javi Muñoz, Matheus Pereira; Corpas (Nolaskoain, 81), Rahmani (Vadillo, 46); Stoichkov y Bautista (Arana, 76).

REAL ZARAGOZA: Cristian Álvarez; Gámez, Lluís López, Jair, Nieto; Grau (Zapater, 78), Francho; Bermejo (Larrazabal 89), Bebé (Vada, 78); Simeone (Puche, 87) y Azón (Gueye, 78).

ÁRBITRO: Caparrós Hernández (Comité Valenciano). Expulsó a Vadillo por juego violento sobre Simeone (66). Amonestó a Gámez (32), Stoichkov (45+2), Berrocal (56) y Puche (98).

GOLES: 0-1, min. 45+2: Jair. 1-1, min. 77: Tejero.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la trigésimo séptima jornada de Liga, disputado en Ipurúa. 6.300 espectadores, 400 de ellos del Real Zaragoza.

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