AZÓN LO CAMBIA TODO

Pablo Díaz Stalla

AZÓN LO CAMBIA TODO

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Una primera mitad llena de anotaciones para quienes luego tenemos que analizar el partido

Partido de muchas anotaciones para quienes luego tenemos que analizarlo. Para empezar, contra todo pronóstico, Escribá decidió abandonar de inicio su habitual 442 y probar con el 4141 que en LeonSepia se ha venido proponiendo desde la lesión de Mollejo y la recaída ya superada de Azón. Decimos contra todo pronóstico porque coincidió justo con el regreso a una convocatoria del canterano dos meses después. Quizá se buscaba, por parte del entrenador, una mayor solidez defensiva por dentro, juntando a Francho, Zapater y Alarcón; paradójicamente, por ahí se cocinó la acción que dio lugar al gol inicial del Levante. El chileno, en este caso condicionado por una tarjeta muy temprana -según la repetición, pareció más falta de Bermejo que suya-, no termina de ser importante dentro del equipo. El nuevo sistema apenas duró media hora. Ahí Escribá regresó a su 442 de confianza, con una triple permuta en los futbolistas que hay sobre el campo: Bermejo pasó a banda izquierda, Francho a derecha y Puche acompañó arriba a Giuliano. Zapater y Alarcón se establecieron en el doble pivote. Cuando parecía que se iba a llegar así al descanso, Vada sustituyó al amonestado Alarcón en el 39, ante el riesgo latente de que éste pudiera ver una segunda amarilla. Es poco habitual ver una sustitución antes del descanso si no es por lesión, ya que no suele ser del agrado del afectado y supone gastar una de las tres ventanas de cambios disponibles; y todavía lo es más si quien entra luce un visible vendaje en el muslo derecho.

Qué poco acostumbrados estamos a que los cambios mejoren tanto al Real Zaragoza…

Pese a todo este carrusel de maniobras, el cambio que tuvo un mayor impacto en el desarrollo del partido fue la entrada al descanso de Iván Azón por Puche, acaso algunos minutos antes de lo que podía intuirse tras tanto tiempo fuera de los terrenos de juego. Pronto Vada pidió el cambio, por molestias en el aductor de la pierna no vendada -lo que provocó una posterior reacción de molestia de Escribá, que dijo desconocer su dolencia-, lo que provocó la entrada urgente de Bebé. Grau sustituyó también a Zapater, para optimizar esta penúltima ventana, y el equipo mostró una mejoría considerable. Qué poco acostumbrados estamos a que los cambios mejoren tanto al Real Zaragoza… Será porque los jugadores que entraron -dos de ellos, sobre todo- son de los teóricos titulares y protagonizan el juego ofensivo cuando pueden rendir a su mejor nivel. La entrada de Iván y de Bebé generó una atracción defensiva, que posibilitó que Giuliano y Bermejo encontraran mayores espacios y posibilidades. Esta pudo ser una de las claves en el gol de Bermejo, de gran factura, en conducción hacia dentro, despejada por la preocupación que sus compañeros de ataque generaron en la defensa rival. A la recuperación defensiva del Zaragoza en los últimos tiempos, sólo le hacía falta aumentar la amenaza ofensiva y aquí la vuelta de Azón puede ser definitiva. Porque Iván, como hizo en esta segunda parte ante el Levante, lo cambia todo.

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